18 abr 2009 / 09:16 H.
Un concurso internacional de piano que alcanza su 51 edición es prueba de la solidez cultural de la propuesta. El equipo que asume su dirección ha sabido darle la proyección adecuada y dentro de las posibilidades económicas del certamen es un referente en España y en el contexto internacional. Prueba del marchamo de calidad de la cita es la procedencia de sus concursantes que vienen desde todo el mundo atraídos por los premios, la posibilidad de editar sus trabajos, la seriedad de la organización y, sobre todo, por obtener un galardón que ya tienen grandes figuras del mundo del piano. Por lo tanto, uno de sus grandes avales es su trayectoria y el rigor de un jurado profesional responsable con su trabajo y con la ilusión de los jóvenes concertistas que acuden hasta Jaén para encontrar un punto de inflexión en su carrera musical. Además, en esta edición, el concurso cambia algunas sedes de celebración para que el mayor número de melómanos pueda acudir al certamen. El lleno casi total en el concierto inaugural de Carolina Haffner en el Teatro Infanta Leonor es claro ejemplo del tirón entre el público jiennense que, a buen seguro, hará lo propio en la prueba semifinal, el 22 de abril, y en la final que se celebrará el 24, a partir de las siete de la tarde. Finalmente, de los 47 participantes inscritos, serán 33 los que opten a tan codiciados premios, ya que el montante total es de 57.000 euros. Una dotación relevante para el concurso más antiguo de los que se celebran en España y que supone, sobre todo, una oportunidad única para jóvenes concertistas que buscan dar brillo a su carrera. Pero, además, la estela del certamen implica también un gran número de actividades paralelas que llegan a los conservatorios de toda la provincia y que fomentan la cantera musical jiennense. Un premio que cala en el ámbito internacional, pero también aquí.