Porque la lectura “solo” hace que la vida sea un poco mejor
Fomentar la lectura era la tarea encomendada a Eduardo Mendoza en la entrega de los Premios Literarios Jaén, en su trigésimo primera edición. “Quizá sería más útil si esto lo hiciéramos en un campo de fútbol, porque quienes han venido hasta aquí, a unos premios literarios, a escucharme, es porque ya les gusta”, reflexionó. Con el fino sentido del humor que sale al paso en cada página de sus novelas, el autor barcelonés expresó a los asistentes, muchos sus lectores, la importancia de leer al tiempo que también le restó la importancia al hecho de haya gente a la que no le guste o no le interese leer. No era cuestión de despertar las conciencias de malos lectores, de hacerles esconderse en su asiento como el alumno que no se sabe la lección y teme la pregunta del profesor. “Creemos que hemos de leer como una obligación, pero hemos de hacerlo solo con gozo, interés, aprovechamiento y entusiasmo, no solo para divertirnos, pero sí con una cierta predisposición de que estamos haciendo algo verdaderamente bueno, que nos enriquece”, dijo el autor de El misterio del caso Savolta y Riña de gatos.
Eduardo Mendoza hizo una rápida historia de la lectura y concluyó que es una actividad “muy reciente”. “En resumen, hasta hace muy poco, la transmisión de la literatura y de todo lo que hoy aprehendemos por medio de la escritura, era oral”. Y la concepción que hoy se tiene de literatura, defendió, nace mucho después de la aparición de la imprenta. Aparece, contó, con la sociedad burguesa y las mujeres, encerradas en casa con esa única vía de escape de la realidad: “Ahora no tiene sentido porque lo que nos aportaba la lectura nos lo aporta la vida misma. Hemos evolucionado al mismo tiempo que la lectura. Ese cuento que antes nos contaban, ahora lo tenemos en el cine, en televisión o internet, pero hay una diferencia fundamental y es que lo que ocurre dentro de la lectura, ocurre dentro de nuestra cabeza”. “Transformamos la información que nos amplía el mundo”, añadió.
Pero estas no son razones para autoimponerse la obligación de leer, hay que hacerlo “con gusto, porque sí, porque nos gusta” e invitó a usar el libro como la ropa, sin esos romanticismos del olor a tinta o pieza de coleccionista: “El libro es el continente de una historia que en un momento determinado hace que nuestra vida sea mejor. Y nada más”.
Fue su intervención el mejor paso para la entrega de los premios de la Fundación Caja Granada a los tres ganadores de 2015, “la gran noche de fiesta de la literatura jiennense”, como la definió el presentador, Agustín Martínez. Para corroborar sus palabras, el Salón de la Cúpula del Parador de Santa Catalina se mostraba lleno, con numerosas caras de la cultura y las sociedad jiennense, con sus mejores galas para esta imprescindible cita anual de cada último viernes de noviembre. “Llegamos con la misma ilusión que hace treinta años”, confesó el presentador, que fue el encargado de presentar a Eduardo Mendoza y hasta al propio autor sorprendió con la definición que Maruja Torres había hecho de él, esa de que es un autor “bello”. “No lo sabía, pero imagino que eso se lo dirá a todos”, bromeó .
Alejandro Castroguer, premio de Novela, por Glenn; Francisco Álvarez Velasco, Premio de Poesía, por Gregor Samsa frente a la ventana; y Lena Valenti, Premio de Narrativa Juvenil, por Desafíame (Hasta los huesos), los protagonistas de la noche, recogieron sus galardones de manos de los representantes institucionales que presidieron el acto, que fueron Juan Pablo Durán, presidente del Parlamento de Andalucía; Francisco Reyes, presidente de la Diputación, y Reyes Chamorro, alcaldesa accidental de Jaén. Todos mostraron su agradecimiento a la entidad financiera por este apoyo a las letras, a la cultura y a esta tierra. “Unos premios literarios pueden servir de palanca para una carrera profesional de éxito de muchos jóvenes. Eso al final, nos permitirá construir un mejor futuro para todos y una Andalucía con mejores oportunidades. Por eso, las instituciones y los distintos sectores económicos y sociales debemos comportarnos a mi juicio como aliados de los jóvenes e impulsar su creatividad, su talento y sus ideas”, destacó Durán.
Para cerrar el acto, como buen anfitrión, el presidente de Caja Granada Fundación, Antonio Jara, tomó la palabra. “Esta es una cita que puntualmente repetimos desde hace más de 30 años en torno a la educación, el pensamiento y el enaltecimiento de los valores que nos hacen ser más libres, iguales y dignos como seres humanos. Para nosotros, como caja, banco y fundación, sesenta años después de abrir al público las primeras oficinas en la provincia es motivo de orgullo seguir siendo entidad financiera de referencia para los jiennenses, seguir fomentando la cultura en noches como esta”, defendió.