Porcuna se dirige hacia Alharilla
Un día lluvioso y tormentoso que hacía presagiar lo peor dio paso a una jornada en la que los actos relacionados con la romería porcunense de Alharilla brillaron. La víspera fue precedida, el viernes por la noche, por el pregón, que corrió a cargo de Juan Cobo Ruiz de Adana.
El repique de campanas y el lanzamiento de cohetes abrieron la jornada sabatina. A las siete de la tarde, la Carrera de Jesús, principal eje vial de Porcuna, albergó el tradicional paseo de caballos, abarrotada de público para presenciar la exhibición de jinetes, amazonas, grupas y coches. Más de un centenar de participantes mostró la belleza de las monturas, su habilidad y la destreza de su doma. La Farola, como siempre, fue el principal punto del desfile, en el que también estuvo presente una veintena de carruajes, entre los que destacaron los enganches de la familia de los hermanos mayores.
A partir de las diez de la noche casi todo el pueblo se desplazó hasta la aldea de Alharilla, a cuatro kilómetros del casco urbano, para vivir el ambiente de convivencia y la verbena. Un rosario de vehículos cubrió el corto camino. Los autobuses dispuestos para estos días iban una y otra vez al llano cargados con gran cantidad de gente. En Alharilla, los chiringuitos, las casas y las casetas de peñas y amigos fueron los puntos más concurridos y animados.
Con ese sabor especial a “pringue de la noche alharillera”, la muchedumbre se divirtió entre tenderetes y puestos, pero sin olvidar la obligada visita al templo de la patrona. La Virgen, abrigada con gran cantidad de ramos de flores, dio la bienvenida a sus hijos y devotos venidos de todas partes, que con oraciones o en silencio llegaban al templo.
A medianoche, con la ermita llena empezó la salve cantada por el Coro Romero de la Hermandad de Nuestra Señora de Alharilla y presidida por los hermanos mayores, la junta de gobierno de la cofradía y el párroco, Jesús Millán. Luego se quemó una traca de fuegos artificiales. La madrugada incluyó una verbena con música, el baile y fogatas. Manuel Jalón / Porcuna