Por Jaén, soldados, por Jaén
Fuerza. Garra. Tesón. Sentimiento. Una conjunción de estrellas acompaña e ilumina a esa élite de guerreros a la batalla final. Entrega. Ilusión. Coraje. Descaro. El mejor grupo de jugones blancos que sienten la camiseta como si estuviera impregnada del mejor aceite de oliva, virgen, extra, puro, exquisito. Corazón.
Orgullo. Euforia. Crecimiento ante la adversidad. Cada hombre, cada balón, cada movimiento, cada gota de sudor, lleva los nombres de los mil y un sueños, de las cien mil almas que os siguen, a cada instante, a cada momento. Pundonor. Entrega. Sacrificio. Esfuerzo. Lucha desde la humildad, desde cada rincón del silencio, desde cada sonrisa fingida, desde cada rabia contenida. Jaén nunca se rinde. Por supuesto que se puede. Y pobre del que quiera robarnos la ilusión. Gladiadores. Pretorianos. Soldados de élite. Zapadores en el combate. Orgullo de la ciudad, llevad el escudo y el nombre a lo más alto de la tierra patria, a las esferas de la era en la que como mínimo, año tras año, debéis permanecer. Acallad las estirpes del capital, aclamad a vuestros fieles, silenciad la grada. Seguid, paso a paso, yarda a yarda, instante a instante, el buen camino que os ha acercado al origen de la gloria, al principio del todo. Al poder soñar con vuestro sueño, el hacer el nuestro realidad. No sois once. No somos cien mil. Somos uno. Grande. Por vosotros. Por el club. Por la ciudad. Por la afición. Por el deporte. Por la magia. Por el fútbol. Por España. Por Andalucía. Por Jaén. Porque somos y seremos. Porque ellos solo fueron.
Profesor de Formación Vial
Francisco J. Peinado