Pongamos que hablo de Jaén
74.288 jiennenses preocupados por sus familias, sus hipotecas, sus presentes, sus futuros. 74.288 personas con un forzado exceso de tiempo libre. 74.288 almas improductivas. 74.288 seres humanos en la provincia se encuentran en la situación de desempleo. Sin trabajo. Ni perspectivas. Casi para llenar el Bernabéu; habría incluso hueco para los políticos provinciales.
Estaría bien que les acompañaran para echar unas risas y cantar juntos. Sin protección policial, de buen rollo, en plan colegueo. “Oye, que tal, como vas con tu despido improcedente”. “Bien, mira el abogado me ha dicho que nada, que como la empresa da pérdidas no hay nada que rascar”. Y por allí por el segundo anfiteatro: “¿Al final cerraste la empresa?”. “Sí, tuve que malvender los vehículos, me han quitado mi vivienda porque avalé el último préstamo con ella y encima cinco compañeros que me acompañan desde hace quince años están en la calle”. Y por el Fondo Sur: “¿Qué tal como autónomo, ya no tienes jefe que te mande, eh?”. “Bueno, tras pedir un ICO y que me dieran un préstamo personal a un interés prohibitivo, trabajo 16 horas, no gano ni para alimentar a mi familia y encima van a embargar a mis padres porque no puedo hacer frente a los pagos”. “Ah, mira tú, parece que ha sido fuera de juego.” Y, lo peor de todo, es la sensación de tener que poner a remojar todas las barbas, incipientes y consolidadas; Argentina quedaba muy lejos, pero Chipre ya está más cerca. El que tiene trabajo, bien funcionario, empleado, empresario o autónomo, sabe que ni luchando llega a buen puerto. Parece que un tsunami viene a lo lejos, y da igual correr, subir, esconderse. ¿Solo nos queda rezar?
Profesor de Formación Vial
Francisco J. Peinado