Pon un chef en tu vida

Qué bonito era cuando tu madre te hacía unas lentejas en la olla exprés, servidas en el plato de duralex y diciendo “si quieres te las comes y si no las dejas”, a lo que puntualizaba presto tu padre “si te dejas algo, te las cenas en un bocadillo esta noche.” Y éramos felices. Y pensábamos que emplatar era lo que hacían Osasuna y Betis. Y una espuma era lo que salía del baño, los sábados, si tus padres se habían ido a comprar a la plaza de abastos. Pollo y sardinas, oiga, nada de solomillos de buey o atún de aleta amarilla. Y ahora hasta mi hija de 5 años me pide el entrecote al punto, AOVE en la tostada, me pregunta si la ternera es de Ávila y me exige que use las especias con cabeza, papá por favor, como vas a mezclar la cúrcuma con el cilantro. Cuánto daño están haciendo todos estos programas de cocina, cuanto Chef de probeta está creciendo y cuantas buenas costumbres se pierden por el camino. Y me pongo de ejemplo: hace 4-5 años, una barbacoa en la huerta era un festín de chorizo de Las Infantas, morcilla de Carchelejo y chuletas de cabezá, con la correspondiente panceta de Valdepeñas tostaíca. Y si la jefa estaba de buenas, te hacía un chimichurri con el que al final nos aplaudían. Y el domingo siguiente, paella sin más chominás.
Ahora, el menú dominguero se podría enumerar como una pieza de lomo bajo entreverado al estilo gourmet con tempura fría de verduras primaverales al curry rojo tailandés. Y el siguiente, arroz vaporizado basmati de boletus con reducción de Módena caramelizada y jugo de pez de agua dulce al estilo boti. Se tarda más en emplatar que en comer, y lo que cuesta limpiar los refregones de balsámico del plato que adornan ya llegará Navidad y te luces con tu árbol, ¡criatura! Yo, como una víctima más de todos los programas que llevan la palabra chef, ya que veo más canal cocina que el fútbol, y que antes compraba cervezas y ahora especias aromáticas, me comprometo a hacer un esfuerzo y no voy a poder. Es que cuando le pones el tallo de cebollino con las pinzas al champiñón relleno de mermelada de pimiento, ¡se me pone una carita de felicidad!

    06 oct 2015 / 11:12 H.