23 jul 2015 / 09:37 H.
Dedicarse a la política puede ser un auténtico quebradero de cabeza hoy en día. Y tanta gente en contra de la política, consecuencia de lo que llevamos pasando desde el año 2008, lo corrobora. Pero, ¿es realmente culpa de ellos la lejanía que mantienen, por regla general, con el ciudadano, o es por cómo está montado “el chiringuito?” Me explico. Es muy diferente querer trabajar en una empresa y en un partido, por ejemplo. Mientras en la empresa se pide una preparación, en el partido entras desde pequeño, en sus juventudes. Desde ahí, vas ascendiendo (concejal, alcalde, diputado, parlamentario, etcétera), por lo que la cercanía con el ciudadano se hace ínfima. Es más complicado que alguien que entra en las juventudes de un partido pueda comprobar el esfuerzo que resulta ascender por méritos, y no porque se “quema el cargo”. Realmente, el problema de los políticos es que creo que están fuera del círculo en el que estamos el resto de ciudadanos. Cuestiones de distancia.