Policías y sanitarios salvan la vida a un joven
Pasado el mediodía, empezaron a escucharse las primeras voces de auxilio en un bloque de pisos de la calle Príncipe Alfonso, que conecta el populoso barrio de La Alcantarilla con la zona de la Catedral. Gritos desgarradores de una mujer que pedían ayuda a través del patio de luces del edificio. A las doce y diez minutos de la mañana, se recibieron las primeras llamadas en la Comisaría en las que vecinos de la zona alertaban de que un joven, de tan solo 23 años, se había atado un cordón al cuello —al parecer la cadena de un perro— con la intención de quitarse la vida. Era la pareja sentimental del hombre que intentó suicidarse quien pedía auxilio de forma desesperada. Fue ella, embarazada de ocho meses, la que logró cortar la soga y avisar a los vecinos para que la ayudaran.

Sin embargo, en una de las veces en las que se asomó al patio de luces, se le cayeron las llaves de la vivienda. Así que cuando la Policía se personó en el lugar —una patrulla de Seguridad Ciudadana fue la primera en llegar— no pudo acceder al piso. Fue un residente el que, finalmente, les pudo hacer entrega de la llave para que los agentes pudieran acceder al domicilio. Los funcionarios encontraron el cuerpo del joven en el interior de una habitación donde, tras una discusión con su pareja, había intentado quitarse la vida, tal y como confirman las fuentes policiales consultadas. La víctima estaba inconsciente, pero todavía respiraba levemente. Así que, durante unos minutos que fueron eternos, los agentes le practicaron los primeros auxilios hasta la llegada de los servicios sanitarios del 061, que ya estaban de camino.
Fueron los médicos los que sometieron al joven a las maniobras de rehabilitación y los que lograron estabilizarlo y mantenerlo con vida para trasladarlo al hospital. Su intervención fue fundamental para evitar que el suicida consumara sus intenciones. Las fuentes consultadas explican que el joven se encontraba en estado “muy grave”. Al cierre de esta edición, se debatía entre la vida y la muerte.
Al lugar de los hechos, ubicado junto a la popular calle Llana, también se desplazaron patrullas de la Policía Local, que se encargaron de regular el tráfico en la zona, y los Bomberos, que fueron avisados ya que, en principio, la puerta de la casa estaba cerrada. Su intervención, finalmente, no fue necesaria.