Polémica por el cierre de un bar a causa de las molestias acústicas

La Policía Local ejecutó la clausura provisional de un conocido bar de la calle Tejuela, motivada por un informe técnico municipal sobre las molestias y ruidos ocasionadas por el establecimiento. Además, el Ayuntamiento de Alcalá tramita expedientes sancionadores contra la encargada del negocio hostelero por incumplimiento del horario del cierre.

05 dic 2014 / 10:46 H.

 

La decisión municipal genera polémica. Cristiana Luchian, la responsable del bar, culpa a Ana Cárdenas, la vecina que presentó múltiples denuncias por las molestias. A su juicio, tales quejas carecen de “fundamento”, de manera que el cierre es resultado de las “presiones” de esta mujer. “Teníamos un televisor y una tragaperras. Por esa regla de tres tendrían que cerrar todos los bares de Alcalá”, manifiesta, Luchian, quien ha atendido la actividad el último año.

Añade que Cárdenas “ha vuelto loco a todo el mundo” y ha puesto en contra de ellas a los habitantes de la comunidad en la que se encuentra el bajo y al resto del barrio. Agrega que su situación no ha sido única, sino que Ana Cárdenas “ha hecho la vida imposible” y “ha aburrido” a los anteriores arrendatario del local. “Voy a luchar hasta el final para que se haga Justicia”, manifiesta. A su juicio, en el proceso resultó determinante el hecho de que ella y una de las camareras, Renata Weisz, son rumanas. En esta línea lamenta que a raíz de la clausura tres personas —incluida otra empleada de nacionalidad española— se han quedado “en la calle y sin trabajo”. Weisz indica que ella enviaba parte de su sueldo a su padre, un hombre discapacitado que vive en Rumanía. “No deja a la gente vivir. Le molestaba cualquier cosa”, dice la denunciante.

Ana Cárdenas es taxativa al referirse a la clausura del establecimiento, que tenía licencia de bar sin música. “Me siento perfecta, porque, por fin, podemos dormir por las noches sin ningún problema. Se ha normalizado nuestras vidas”, asevera en relación con la situación en la que se encuentran, desde hace solo unos días, ella, su marido y su hija, aún una niña. La mujer reitera, como ya explicó el pasado mes de agosto en declaraciones a Diario JAÉN que era imposible conciliar el sueño con las voces y los golpes procedentes del local, situado justo debajo de su domicilio. En relación con las palabras de Cristiana Luchian y Renata Weisz manifiesta: “No es cuestión de poner a la gente en contra a nadie, es cuestión de que se molestaba”. Por otro lado, la mujer reitera los sufrimientos de años. “Esto disloca a cualquier persona”, remarca la jiennense afincada en Alcalá la Real. Igualmente sale al paso de que se la culpe de que tres persona vayan al paro. “El derecho a la salud y al descanso prevalece sobre cualquier cosa. No quiere echar a nadie por alto la vida. Estoy en mi derecho de defenderme a mí y a mi familia. Entiendo que quien lo alquila quiere tener un trabajo, pero no a costa de la salud de los demás”, agrega.

A juicio de Cárdenas, el problema es que el local no está insonorizado, por lo que todos los que lo alquilan se encuentran con el problema de un negocio que ocasiona molestias por ruidos. Ahora, espera que las autoridades les den una solución “definitiva”.