04 sep 2014 / 10:49 H.
Se está usando el puro y duro drenaje del significado auténtico de las palabras con el torticero fin de engañar y domesticar a los ciudadanos para que unos pocos, ya bastantes y en aumento, campen a sus anchas bajo el sacrosanto paraguas de la democracia. Vivimos en una época en la que el robar usando directa o indirectamente a la política, amenaza directamente al sistema que tanto nos costó implantar. ¿A qué decir corrupción, malversación, etcétera, cuando todo ello es simplemente robar y los que lo realizan y consienten son simplemente ladrones? ¿Y aún hay quien se asombra del uso de las esposas? ¿Y se asombran del uso de sacos de basura para llevar la ropa? ¿Es que se los tienen que llevar los guardias civiles? No, no se asombran de los sacos de basura porque es algo muy usual para llenarlos de dinero robado. Los juzgan, entran en prisión tal vez a fumarse un cigarro y el pueblo llano se pregunta. ¿Dónde está el dinero robado? ¿Lo devuelven? ¿Por qué no permanecen en prisión hasta que no devuelvan el dinero? Les ponen una fianza de un millón de euros y, al rato está abonada. ¿Esto que es? ¡Ojo, que el pueblo no somos el santo Job… vamos siendo más santos! ¿Hasta cuándo? Tenga la responsabilidad o culpa cualquiera de los tres poderes e incluso la monarquía, me da exactamente igual, es vergonzoso y asqueroso. Esto no es lo que quisimos hacer en el 77. ¿Y quién barre esta podredumbre?