Plan de empleo agrario, un programa para crear riqueza rural

La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Gobernación y justicia y la de Hacienda y Administración Pública, suscribieron ayer con las diputaciones provinciales un convenio de colaboración para financiar los materiales de las obras que se pongan en marcha dentro del Programa de fomento del Empleo Agrario (antiguo PER).

    07 sep 2010 / 11:22 H.

    De esta forma, se puede mantener la apuesta inversora para acometer obras en los municipios jiennenses y fomentar el empleo de los jornaleros cuando acaba su ciclo de trabajo de temporada. En concreto, los municipios andaluces recibirán este año 205,3 millones de euros, un 0,9 por ciento más que en 2009, y de los que la Junta financia 52,8 millones, las diputaciones 13,8 millones y a los que se suman los fondos del Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE), antiguo INEM, que aporta una subvención de 138,6 millones. En el caso de Jaén, la Consejería suma 6,8 millones y la Diputación Provincial 1,78. Se garantiza así un círculo de empleo vital para pequeños municipios que consiguen realizar diversas infraestructuras y, sobre todo, fijar población que de esta forma puede vivir en pequeños pueblos y ciudades sin tener que emigrar por falta de trabajo. Quien de forma interesada mezcla conceptos como el del PER con el subsidio agrario directamente persevera en el error para simplificar una realidad y arremeter, periódicamente, contra Andalucía. El empleo agrario no es un subsidio o paga a la carta sino que aporta un programa de empleo con el que se construye una realidad cercana y se mantiene la población en municipios que de otra forma acabarían por desaparecer con el coste social y medioambiental en muchos casos al tratarse de zonas eminentemente rurales. Dicho lo anterior, corresponde a la Administración, tanto en el antiguo PER como en el subsidio, un correcto uso y un exquisito control para que no existan abusos.