Piratas del Caribe.-Siempre la del pirata cojo
Por Nuria López Priego
Lo cantaba Sabina. En el supuesto de que le dieran a elegir entre todas las vidas, ni pintor en Montparnasse, ni flautista de Hamelín, ni cigarrillo en tu boca, él escogía sin titubeos 'la del pirata cojo, con pata de palo, con parche en el ojo, con pinta de malo, el viejo truhán, capitán de un barco que tuviera por bandera un par de tibias y una calavera'.
Lo cantaba Sabina. En el supuesto de que le dieran a elegir entre todas las vidas, ni pintor en Montparnasse, ni flautista de Hamelín, ni cigarrillo en tu boca, él escogía sin titubeos 'la del pirata cojo, con pata de palo, con parche en el ojo, con pinta de malo, el viejo truhán, capitán de un barco que tuviera por bandera un par de tibias y una calavera'.
La misma certeza se encontraba, tiempo ha, en las caras ilusionadas de una generación de niños, no tan remota, que era totalmente ajena a móviles en los bolsillos. Aquellos infantes soñaban con ser bomberos, policías, astronautas, ladrones, a lo Bonnie and Clyde, vaqueros, como Clint Eatswood, o indios, como el mítico Gerónimo. Pero, por encima de todos ellos, en esas quimeras infantiles, casi siempre se repetía la misma figura, la del pirata. El bucanero gruñón, bravo e independiente, curtido por el sol, con barba de meses y brazos tatuados, que no concebía la vida lejos de alta mar. Y no es precisamente gruñón, pero su simpatía, su valor y la piel de uno de los actores más queridos del firmamento cinematográfico, incluso más allá de Hollywood —Johnny Depp— han convertido a Jack Sparrow en el pirata más famoso y respetado de los procelosos mares fílmicos del siglo XXI.
Este fin de semana, irrumpió en la cartelera la cuarta entrega de Piratas del Caribe. Esta vez, la aventura conduce hasta la fuente de la vida. El carismático pirata no está acompañado ni por Bloom ni por Knightley. Pero la aparición de la española Penélope Cruz y un Geoffrey Rush que siempre está impecable salvan las ausencias y hace de las mareas peligrosas de la cuarta entrega de esta exitosa saga una aventura trepidante, de sirenas-vampiresas, venganza y vudú, en la que el único momento de relajación que puede permitirse el espectador es la cena a la luz de las velas que Sparrow le prepara a la voluptuosa Angélica con el único fin de atraerla a su terreno y conseguir sus objetivos. Por lo demás, es una gozada encontrar a Barbanegra y a su barco pirata en el epicentro de una aventura que cierra capítulo, pero no fin. Hasta la próxima, Jack Sparrow.
Piratas del caribe
Director: Rob Marshall
Protagonistas: Johnny Depp, Penélope Cruz, Geoffrey Rush