Pido disculpas

Desde Jaén. Quisiera transmitir mi pesar, al tiempo de pedir mi más sinceras disculpas a los organizadores de la exposición sobre el arte dentro de prisión, que tiene lugar en el Museo Provincial de Jaén, por no haber podido asistir a la ponencia que sobre el tema tendría parte, el pasado día 20 de abril en el instituto San Juan de la Cruz.

    29 abr 2012 / 09:35 H.

    Quiero que sepan que todos mis intentos por acudir a la cita se han visto frustrados; y es que la subdirección de régimen del Centro Penitenciario no ve elementos de prioridad en un acto de estas características, no pudiéndome acoger, por tanto, a un razonamiento que tenga como base un registro cultural, para que se me pudiera adelantar la fecha de mi permiso de salida al día anterior al del evento. No resulta fácil entender una cosa así, cuando, de hecho, saldré el mismo viernes en que se me solicitaba la presencia; pero el caso es que para cuando esté fuera, la convención habrá sido clausurada. No obstante, es bien cierto que los permisos de salida aquí en este Centro se autorizan los martes y viernes, por lo que cualquier variación que se produzca ha de estar suficientemente motivada. En este sentido, creo que una ponencia sobre el tema referenciado, a través de la experiencia de una persona privada de libertad, cuyas inquietudes se manifiestan a través de la creación artística, hubiera aportado una visión mucho más enriquecedora que las opiniones basadas en clichés y arquetipos de una realidad, que se aleja de la vivenciada por el preso. Pero las cosas no son aquí como uno quiere, sino como le vienen. Creo también que ser convocado a un evento de estas características no es una cosa que pase todos los días, y por eso quisiera hacer una llamada de atención sobre aquellos aspectos que serían del todo positivos para el fin que, se supone, persigue la Institución. Estoy hablando, cómo no, de la reinserción social, porque si uno se empeña en alcanzarla y en lugar de que se le facilite el proceso encaminado a la recuperación lo que recibe solo son pegas e impedimentos por parte de quienes debiera recibir todos los apoyos posibles a su alcance, la reinserción no sirve más que para ser nombrada en pregones mitineros y porque queda muy bien eso de decirlo ante los medios. Por lo demás, creo ser un ejemplo vivo en la búsqueda incansable de la reinserción, lo que ocurre es que, para encontrarla, lo único que se necesita es la voluntad de quienes depende nuestra libertad. Uno puede estar demostrando esto, o aquello, o lo de más allá, o recibir ayudas externas de los medios, o de familiares  y amigos, pero si la   parte de la que depende no se involucra, difícilmente podrá uno su-marse a la sociedad.
    Manuel Agustín Poisón Almagro