Piden cárcel por causar vertidos en una orujera

Dos trabajadores y el encargado de una orujera de Villanueva del Arzobispo tendrán que sentarse en el banquillo como presuntos autores de un delito contra el medio ambiente. La Fiscalía los acusa de verter residuos a un afluente del río Guadalimar, lo que originó la muerte de un centenar de peces. Se enfrentan a una petición de ocho meses de cárcel.

    30 sep 2011 / 08:58 H.

    Los hechos, que serán enjuiciados por un Juzgado de lo Penal de Jaén, arrancan el 15 de abril de 2007. Ese día, según relata el Ministerio Público en su escrito de acusación, “se produjo un desbordamiento en una de las balsas de la orujera destinada al depósito de residuos”. El fiscal asegura que, entonces, dos de los acusados, el encargado de mantenimiento y un mecánico, “procedieron a abrir la válvula de evacuación de la balsa”. Una cantidad no determinada de líquido llegó hasta el cauce del arroyo Parrilla, un afluente del río Guadalimar, lo que causó “una alteración de la calidad de las aguas”, tal y como explica el Ministerio Público.
    La Fiscalía relata que, dos días después, se produjo un nuevo episodio de contaminación, cuando el encargado de la empresa “realizó un nuevo vertido de residuos industriales al arroyo Parrilla”. “Incumplió las condiciones de autorización de la licencia”, recuerda el escrito. En esta ocasión, llegaron hasta el Guadalimar. De hecho, causaron la muerte de un centenar de peces, cuyos cadáveres fueron recogidos del cauce del río en Navas de San Juan. El fiscal asegura que los residuos derramados causaron la “alteración del equilibrio del sistema natural”.
    Los tres responsables de la orujera están acusados de un delito ecológico y se enfrentan a una petición de cárcel de ocho meses. Rafael Abolafia/Jaén