Pide responsabilidad por caerse por el mal estado de una acera de Bailén

Regresaba a su casa, cuando “tropezó con un par de baldosas que estaban levantadas unos 4,5 centímetros” y cayó al suelo. Como consecuencia, Damián Fernández sufrió lesiones de las que “aún no” se ha recuperado, y, aunque interpuso una reclamación en el Ayuntamiento de Bailén, este le deniega cualquier tipo de indemnización.

    21 may 2011 / 09:37 H.

    Ocurrió el 7 de noviembre del año pasado. Damián Fernández regresaba a su vivienda, en la calle Sevilla, después de comprar el pan, cuando “tropezó con un par de baldosas” que había levantadas en el acerado y cayó al suelo. Según el parte médico, fechado un día después, el joven bailenense presentaba una “equimosis —hematoma— en la cara izquierda del codo izquierdo y dolor a la palpación de los últimos arcos costales del hemitórax izquierdo”. Y con el parte judicial del médico y la indignación por el mal estado de unas calles que, “en general”, son caldo de cultivo para caídas de este tipo, Damián Fernández y su pareja decidieron interponer una reclamación en el Ayuntamiento bailenense para exigir responsabilidades por los “daños” que el joven había sufrido.
    Pero la respuesta no ha sido la que esperaban. La resolución municipal, a la que tuvo acceso este periódico, desestima la reclamación de responsabilidad patrimonial y deniega cualquier indemnización. El primer argumento que esgrime la Administración local es que “no ha quedado demostrada la relación causa-efecto entre la actividad administrativa y el perjuicio padecido, pues este Ayuntamiento, una vez instruido el procedimiento, desconoce las concretas circunstancia en las que tuvo lugar la dinámica siniestral”. Según el segundo punto de la resolución, “de la documentación obrante en el expediente no se desprende que el siniestro sea imputable al funcionamiento de un servicio público”. En este sentido, el Ayuntamiento sostiene que Damián Fernández no ha clarificado la forma en la que se produjo el accidente ni ha sido testificado por nadie, con lo cual existe una “total ausencia de prueba”. Aparte, se lee: “El reclamante aporta unas fotografías con las que pretende acreditar el estado de la vía pública, pero lo más trascendente no es acreditar las condiciones de la vía pública, sino que, una vez establecido tal hecho, ha de probarse cumplidamente dónde y cómo se produjo la caída”. Por último, se indica que el bailenense no aportó justificantes de asistencia médica posterior a la caída ni de seguimiento de las presuntas lesiones y secuelas producidas, algo que niega el joven, que asegura que aportó el parte de lesiones y dice que el dolor en el costado izquierdo persiste desde el día de la caída. “Aún tengo que tomar ibuprofeno 600”, justifica.
    Pero lo “más doloroso” de la resolución —según el afectado— es el párrafo que hace referencia a la jurisprudencia que existe al respecto y que alude a una sentencia burgalesa de 2004 en la que se lee: “La existencia de irregularidades en las aceras es inevitable [...] Un desnivel de 2,5 centímetros no supone por sí solo un obstáculo esencialmente peligroso”. Y concluye: “La posibilidad de caerse en una acera surge desde el mismo momento en que se transita por ella, sin que las consecuencias de esa caída puedan ser imputadas a la Administración responsable”. Pero repone el bailenense: “Las baldosas estaban levantadas no 2,5 centímetros, sino 4,5 y ¿qué quieren, que vaya por la carretera, cuando hay aceras para ello?”. Fernández denunció, la semana pasada, el caso a la Policía, que abrió un atestado por daños en vía pública. Nuria López Priego / Jaén