Picos asistenciales que complican la atención al paciente
En materia de salud cualquier problema es un mundo, sobre todo para quien lo sufre en primera persona y para su familia. La cifra fría de que hay ochenta habitaciones con tres camas puede no resultar especialmente llamativa, pero sí es un mundo si se piensa en clave humana, como deben analizarse los problemas en todo lo relacionado con este tipo de cuestiones.
La demanda asistencial se dispara en momentos puntuales, desde luego, no se trata de algo que suceda todos los días, pero es necesario articular los mecanismos eficaces que sean precisos para poder reaccionar con celeridad. En cualquier empresa se complica la organización si de un día para otro se acumulan bajas laborales y a ello se suma una mayor carga de trabajo, pero las consecuencias siempre son más dolorosas cuando lo que está en juego son personas enfermas.
Se trata de una coyuntura en la que no hay, al menos a priori, circunstancias que respalden esta aparente saturación, si se tiene en cuenta que el repunte de contagios por la gripe A no se ha producido, ni nos encontramos ante unos días especialmente fríos que provoquen más consultas médicas por enfermedades relacionadas. Es el momento de reflexionar y encontrar los puntos débiles, para poder reaccionar antes de que el problema se enquiste. Se da la circunstancia de que no son sólo los centros hospitalarios, sino también las consultas externas las que se encuentran saturadas de pacientes, una denuncia que desde la Dirección del Complejo se desdice. Sea como fuere, no es sencillo buscar soluciones “milagrosas”, sobre todo en una de las empresas con más personal de la Junta, como es Salud, y toda la complejidad que ello supone, pero seguro que se tomará nota para evitar que, en la medida de lo posible, que los picos asistenciales, que son inevitables, puedan llegar a desbordar tanto los medios humanos como los materiales.