Perros sueltos

Desde Sevilla Pedro Moreno Navarro. Mi hijo Pedro, de treinta años de edad, afectado de autismo, añade a sus muchas dificultades y desventajas para adaptarse a la vida cotidiana, un severo temor a los perros conocido como canofobia. Cuando los perros van sujetos no tiene miedo, nadie teme a un perro atado, ni a un tigre enjaulado.

    16 ene 2014 / 17:21 H.

    Cansado de sobresaltos, hace tres años que mi hijo se niega a salir a pasear por la calle, vive en cautividad con la ley de su parte. Ley 22/2003 de 4 de julio, nacional, y 11/2003 de 24 de noviembre, autonómica de Andalucía: Todos los perros irán sujetos por una correa y provistos de la correspondiente identificación. Todos, incluye a los chicos y juguetones que nos ladran y sobresaltan a pocos centímetros. Ninguna ley sirve para nada si alguien no obliga a su cumplimiento. Ese alguien se llama policía.
    Los policías municipales, con frecuencia, ni multan ni llaman la atención, ven la infracción y no intervienen: un perro suelto es una infracción del dueño. Si no quieren sancionar a un convecino, que le adviertan al menos ¿Es mucho pedir? Además esos dueños de perros sueltos son los responsables del 100% de las cacas que adornan nuestras calles.
    He escrito al ministro del Interior, al presidente del Gobierno, al presidente de la Junta de Andalucía y a la presidenta actual, solicitándoles campañas de información. Todos se encogen de hombros y me remiten a los ayuntamientos, cuando estoy evidenciando a tantos  ayuntamientos que ni se despeinan con el tema y que, en Andalucía, son muchos. En el resto de España también son muchos. La única ayuda que tenemos es la de los dueños de perros responsables; los otros, cuando menos son ignorantes, pero los más replican, desafían, se encaran, etcétera. Quieren que sus perros defequen en paz.
    Mientras haya perros sueltos habrá gente atemorizada y cacas la vía pública.