Periódico de papel y tinta

Adrede. Quiero llevarle la contraria al progre del montón, de esos que entran en un kilo cuatrocientos y medio. El periódico digital hace muchos años que fue inventado, pues antes, como afortunadamente, se puede coger con los dígitos, esto es, con los dedos, con las manos. Prefiero acariciarlo con mis manos, guardarlo para otro día si no lo he leído exhaustivamente desde la primera hasta la última página. Un periódico que huele a tinta, me entusiasma y me retrotrae a otros tiempos nostálgicos de la linotipia, el componedor y la rotoplana que imprimía el periódico diario, aquel periódico voceado por Aceituno con la muerte de Manolete o la cartilla del racionamiento. Esto no lo pueden entender estos modernitas de la tecla, el internet o la “guasa”. Peor para ellos, con su pan se lo coman, yo me comeré mi pan acompañado de un periódico de papel y tinta, incluidas, porque son gajes del oficio esos traviesos lepóridos llamados gazapos, o “gambas”, ya metido en los mariscos. No quiero periódicos de televisión, los rayos catódicos, que no católicos me ponen los ojos lloros. Prefiero los de papel.

    20 may 2014 / 22:00 H.