Pensiones injustas y toda la vida trabajando
Desde Almería. Es tremenda la situación de injusticia que seguimos soportando en este país, estoy ahíto al oír a mis representantes políticos de forma estólida los planteamientos injustos e ignominiosos en relación a las pensiones que deben cobrar las personas que toda la vida han cotizado y aportado con todas sus fuerzas, para el bien común y para su futuro, si lo tuviese. ¿Por qué no se plantean nuestros políticos, que esas pensiones millonarias a ejecutivos, banqueros, funcionarios, cargos políticos, etcétera, sean repartidas de igual forma, como se quiere hacer con el resto de los trabajadores? Seguro que habría dinero de sobra en la Seguridad Social y todos tendríamos una digna pensión.
Actualmente, nos dicen los políticos, que no hay peculio y todas las personas que han estado toda su vida trabajando de sol a sol y cotizando de forma permanente, le quedará una miserable pensión que no le podrá garantizar una vejez con tranquilidad. ¿Qué clase de administración tenemos? ¿Cómo se puede gestionar de forma insensata el futuro de todos los españoles? Es incongruente que seamos solidarios con los demás y tengamos que reducir las pensiones que hemos estado pagando toda una vida, para que ahora repartamos todo nuestro esfuerzo existencial, en pagar a los demás sus pensiones, sin haber realizado ninguna labor, ni cotizar, en toda su vida. Una cosa es solidaridad y otra muy distinta es justicia. La solidaridad, la asistencia social y la beneficencia son otras cosas, que lógicamente no hay que olvidar. No puedo comprender como en el Pacto de Toledo se admitan estas aberraciones y no se hagan las cosas de forma justa. En otros países de nuestro entorno, lo cotizado por los trabajadores es sagrado y sus pensiones están sujetas a esos principios básicos de justicia y buena administración para que cuando les llegue la hora puedan vivir dignamente. ¿Me pueden decir, qué está ocurriendo con esta pésima gestión? ¿Puede ser por el gran dispendio? Barrunto que las cosas van por ahí. Las arcas estaban repletas y el dinero si se mueve y se administra bien nunca se va, todo lo contrario, aumenta. Tenemos una gran cantidad de personas en estamentos públicos y cargos políticos que se han jubilado muy jóvenes, porque tienen esa opción o porque de alguna forma le obligan, o como siempre ocurre en este país, por privilegios o prebendas. No comprendo cómo personas bien preparadas y formadas, en vez de seguir contribuyendo al progreso y avance del Estado, en otras tareas, se le marginen y releguen de sus funciones, en vez de desarrollar otras facetas dentro de su formación, para que haya beneficio al bien común.
José Ramón Talero Islán