Pensemos mal, en lugar de En Verde

Otra vez, como tantas, se juega con el nombre de Jaén en vano. “El Alcázar”, santo y seña de los jiennenses, como El Abuelo o El Lagarto de la Magadalena, atraviesa aguas turbulentas.

27 oct 2015 / 22:06 H.

Heineken confiesa que ha parado la producción de la rubia más querida de esta tierra por un problema de tiempos, por así decirlo. La versión oficial y autorizada es que el contrato entre la sociedad dueña de la marca y Heineken España se encuentra en proceso de renovación, acuerdo que tenían desde que el Tribunal de la Competencia obligó a venderla en 2007. Y en este punto se presentan varios interrogantes curiosos aún sin aclarar. ¿Por qué no se negoció antes para no dar lugar a ese parón? Ya me gustaría a mí ver cómo explican a los sevillanos si se dejase de producir de manera temporal la Cruzcampo. Pero como es Jaén, pues eso.

Se genera sufrimiento innecesario. Porque todo este asunto siembra zozobra en la plantilla, en esos ciento cincuenta trabajadores de la planta de Jaén que, al fin y al cabo, no son más que unos números más en la cuenta de resultados de una gran empresa. Ahí está el caso de Coca Cola y los despidos que luego el Supremo declaró nulos. Jaén es un puntito en el mapa de las plantas que hay en España. Y esa incertidumbre da lugar a especular si no será el principio del fin. El miedo es libre.

¿Qué pensemos En Verde? Mejor, habrá que pensar si no son, quizá, exdirectivos de la multinacional los mismos que están detrás de la sociedad dueña de la marca “El Alcázar”. Puestos a pensar mal, claro, en lugar de En Verde.