Pegalajar reúne fondos para ayudar a una familia con dos hijos con cardiopatías

Nuria López/Pegalajar
No saben lo que es una guerra y no han pisado una trinchera ni en sueños, pero, cada día, en su vivienda 'okupada' en  Pegalajar, Coral Cortés y su marido libran una batalla por la vida de sus dos hijos. Aquejados de severas cardiopatías, los dos serán operados la próxima semana en Córdoba a corazón abierto. Sin recursos para la estancia, los vecinos reúnen dinero para ayudarles.

    13 ene 2012 / 11:34 H.

    Como un autómata, mientras friega la casa, calienta un “potito” o cambia la bomba de oxígeno, Coral Cortés Fernández le reza a Dios y le pide que le dé fuerzas. En el número 4 de la calle Juan XXIII, de Pegalajar, en una casa “okupada” “por necesidad”, esta joven y su marido “batallan” cada día con las graves cardiopatías que padecen sus dos hijos: José, de tres años, y Fernando, un bebé que, a sus nueve meses, ya le ha ganado varias veces la partida a la Parca.
    Mientras el mayor mira embobado los dibujos, la madre fija el pulsioximetro a la muñeca de poco más de tres centímetros de diámetro del pequeño. Nada más nacer, le diagnosticaron tretalogía de Fallop. “Tiene un agujero que le separa los cuatro ventrículos del corazón”, simplifica Coral, bromeando con los “palabros” que tanto le ha costado aprender para contrarrestar el drama que mantiene al bebé conectado a dos máquinas las 24 horas del día. La joven no descubrió que su hijo padecía una malformación congénita del corazón hasta que, recién llegada a Tarragona, a donde viajó para dar a luz amparada en el calor de su familia, se lo dijeron los médicos tras una ecografía.
    En la cuadragésima semana, Fernando vino al mundo por cesárea e ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde permaneció 16 días por graves problemas cardíacos y respiratorios. “Estuvo 72 horas en peligro por riesgo de crisis cianóticas”, relata Coral. Después, pareció que todo quedaba bajo control. Pero, cuando solo llevaban “cuatro días en Andalucía, el niño empezó a tener problemas respiratorios” y lo que, en principio, se creyó que era un resfriado acabó en bronquiolitis y en el suministro de propanolol “para que la sangre le fluyera”. Casi cuatro horas después, el menor “volaba” de Jaén a la UCI del Virgen del Rocío, de Sevilla, con la vida pendiente de un hilo. “Estuvo entubado 15 días”, mientras sus padres y su hermano dormían “en el suelo, sobre un edredón” y gastaban, en “un mes y medio” de hospital, “todo el dinero” que tenían.      
    Cuando regresaron a Jaén, sin recursos, sin empleo y sin prestación alguna, Coral y su marido dejaron el piso en el que vivían de alquiler en Mancha Real y, como ya hicieron una vez, forzaron el número 4 de la calle Juan XXIII, de Pegalajar. Una casa de propiedad municipal que ya tiene luz después de muchas idas y venidas, y no sin la ayuda económica de “vecinos anónimos”. “En el Ayuntamiento, me decían que, si enganchaba la luz a un poste, me la cortarían porque era ilegal, pero ¡era vida para mi hijo!”. Precisamente, para que su corazón siga latiendo, el menor será operado, el lunes, en el hospital de Córdoba. “Intentarán arreglarle la estenosis y el anillo pulmonar y, si todo sale bien —explica Coral—, ya no tendrá que estar conectado a dos máquinas”. Un día después, entrará en el quirófano su hermano, que “tiene los dos ventrículos superiores separados y sin tabique que los una”. Las dos serán a corazón abierto, pero “la de José —apunta— es más sencilla. En cuatro horas, habrá acabado; con Fernando no sabemos cuándo”. Ni cuánto tiempo tendrán que permanecer en Córdoba. Por eso, para ayudarles con los gastos, los vecinos han colocado huchas en diferentes establecimientos. “¡A ver si conseguimos que estas criaturas salgan adelante”, lanza Capilla Moreno, tras el mostrador de su estanco, mientras, en el número 4 de la calle Juan XXIII, Coral Cortés coge la bombona de oxígeno, enfunda a Fernando en el chaquetón antes de salir a la calle y, en silencio, le pregunta a Dios una vez más: “¿Por qué me has mandado esto a mí y por qué con los dos? Pero no me contesta”.