Pedaleo 'inteligente' por un empleo
Esperanza Calzado/Jaén
La actual situación económica obliga a cientos de personas a agudizar la imaginación para poder llevar un sueldo a casa. Es el caso del jiennense Gregorio Palacios, que desde hace una semana recorre las calles de la capital con su bicicleta, a modo de anuncio humano, para pedir un empleo.
La actual situación económica obliga a cientos de personas a agudizar la imaginación para poder llevar un sueldo a casa. Es el caso del jiennense Gregorio Palacios, que desde hace una semana recorre las calles de la capital con su bicicleta, a modo de anuncio humano, para pedir un empleo.
Además, ha empapelado la ciudad de carteles para “alquilar su inteligencia”.
Su jornada laboral comienza en torno a las siete de la mañana. Se enfunda la indumentaria de ciclista, coge la bicicleta y, como gran parte de los españoles, aprovecha el poco calor que hace durante las horas matutinas para practicar deporte. Sobre las nueve y media, sin mudarse de ropa, da paso a su particular sistema de búsqueda de empleo, a su jornada diaria. Así, su mochila se convierte en un letrero en el que muestra un cartel que, con su número de teléfono, pide un puesto de trabajo. Justo encima, con grandes signos de exclamación, luce un reclamo en el que se ofrece a publicitar aquello que las empresas le soliciten a cambio de un pequeño sueldo. Y, entre pedaleo y pedaleo empapela la ciudad con carteles en los que “alquila su inteligencia” porque para este jiennenses su cerebro es su mejor aval, su mejor currículo para encontrar un empleo. Por la tarde, a partir de las cuatro y media repite la operación, y al día siguiente vuelta a empezar.
Esta es la forma como Gregorio Palacios, de 45 años, divorciado y con dos hijos, busca un trabajo. No se ha limitado a pegar carteles con su teléfono en las farolas, ni a acudir a la oficina del desempleo o llamar, insistentemente, a las puertas de los empresarios jiennenses, que también. Opta por el mecanismo más atractivo que se le ha ocurrido para, como él mismo reconoce, “despertar la atención”.
Se marchó a Madrid por amor y en el año 2000 tuvo que regresar. Desde entonces, once años más tarde, aún no ha conseguido un empleo estable. Vive con su padre y su familia le ayuda en todo lo que puede. Pero Gregorio Palacios no quiere ser dependiente. “Hace muchos tiempo que me independicé y no quiero ser una carga para ellos, necesito un empleo, quiero hacer algo de provecho y haré lo que sea, estoy dispuesto a trabajar en cualquier cosa”, asevera Palacios no sin cierto pesar. Y es que desde que, hace una semana, empezara su particular andadura todavía no lo han llamado. La única excepción, un empresario de Murcia que, de momento, le ofrece vender productos de herbolario, pero sin garantías, sin saber si debe ser autónomo, si es a comisión y por cuánto tiempo. Así que, mientras tanto, espera a que se concrete esta o cualquier propuesta que le hagan llegar. Lo que sí ha despertado es la curiosidad de los vecinos de la capital. Algunos se extrañan al verlo, sonríen y susurran a su alrededor. Durante la realización de este reportaje, dos curiosos se acercaban a un de sus carteles de “alquiler de inteligencia” sorprendidos por el ofrecimiento. Hasta los exempleados de Primayor se han fijado en él. Pero todavía está en paro.