Pecadores

Juan Manuel Chica Cruz / Desde Jaén. El Papa Francisco peca mucho. Esto ha dicho desde el Vaticano a todo aquel que quisiera escucharle. Una sencilla frase que debe entenderse en clave metafórica. Si uno le da por hacerlo literalmente, como cuando de pequeño leía la cartilla le embargaría gran desánimo.

    05 abr 2013 / 09:37 H.

    Si nuestro máximo responsable de la religión católica afirma categóricamente “soy un gran pecador” y tenemos en cuenta que la edad atempera los apetitos tendentes del cuerpo y pensamos en sus 76 años a la espalda y en su pulmón de menos, a mí se me ocurre tras la frase “El Papa peca mucho” una idea simplona y literal como cuando leía de pequeño en la cartilla “Mi mamá me mima” alejado de cualquier significado poético. Los más jóvenes que no somos tan grandes pecadores como su Santidad a qué habría que atribuirlo ¿a un potencial inmenso de caridad cristiana y humanismo desbordante? ¿a una falta de un medio provocador y propicio para exacerbar nuestros deseos más desaforados? Tal vez esto último pudiera de algún modo consolar al Papa y que este depositara más fe aun en su rebaño. Sería algo así como un “Padre tú eres un gran pecador, pero no te preocupes porque nosotros somos soberbios a poco que nos dejen”. Pero sea lo que sea si el Papa es un gran pecador, malo. Muy malo. No quiero ni pensar que clase de personas llenan este mundo aunque la idea me viene sola a la cabeza. De pecadores furibundos y desatados a un lado y de tontos servidores al otro. O entremezclados. Además cuando llegue el Juicio final si el rasero de entrada lo establece el ingreso del Papa y su declaración de pecado entonces casi todos podrían reclamar su derecho a entrar. Podría haber quejas del tipo “Si el Papa ha ingresado en los cielos con lo pecador que ha sido, entonces yo también”. A no ser claro está que digan que su declaración de gran pecador fue para hacerse humilde y cercano a ojos de los demás pero que eso era algo completamente falso. Pero claro la gente que está muy resabiada y es un punto pejiguera diría “Pues que lo hubiesen dicho antes. Eso nos ha despistado y por eso nos hemos relajado en las costumbres. Tenemos que entrar”. “Ser bueno entre tanto pecador aburre mucho” (esgrimirán los más caras también). Habrá que ponerles a leer la cartilla.