Paz y libertad, libertad y paz
Plácido Cabrera Ibáñez desde Jaén. La historia demuestra que todas las revoluciones sociales fracasan si no tienen el carácter de hacer más libres a las personas, y lejos de ayudar a mejorar la convivencia y la solidaridad son causa de múltiples injusticias. Difícilmente en un país se puede hablar de paz, sin libertad y al contrario, sin libertad, tampoco existe una paz estable y duradera. El Papa Benedicto XVI en su reciente viaje al Líbano, ha recordado frecuentemente la necesidad de paz y libertad, estas palabras probablemente han sido de las que más haya repetido.
“Tenemos que hacer todo lo posible para que el concepto de libertad, el deseo de libertad vaya en la justa libertad y no olvide la tolerancia, la reconciliación que son elementos fundamentales de la libertad”, porque “la eficacia del compromiso por la paz depende de la concepción que el mundo tenga de la vida humana. Si queremos la paz, defendamos la vida. Esta lógica no solamente descalifica la guerra y los actos terroristas, sino también todo atentado contra la vida del ser humano, criatura querida por Dios”. También recordó que existen otros atentados a la vida humana como “el desempleo, la pobreza, la corrupción, las distintas adicciones, la explotación”, por eso “para abrir a las generaciones futuras un porvenir de paz, la primera tarea es la de educar en la paz, para construir una cultura de paz”, precisó que es necesario “que todo el Oriente Medio, comprenda que los musulmanes y los cristianos, el Islam y el Cristianismo, pueden vivir juntos sin odios, respetando las creencias de cada uno, para construir juntos una sociedad libre y humana” porque “profesar y vivir libremente la propia religión, sin poner en peligro su vida y su libertad, ha de ser posible para cualquiera”, por último, realizó un llamamiento “a todos a trabajar por la paz. Cada uno como pueda y allí donde se encuentre”.