Pasteleros

Los pasteleros son auténticos artistas en el dominio del calor —la temperatura— y el tiempo —de cocción— esforzados en el batir, amasar, cernir, doblar; hacen alquimia pura; hacían bizcochos, roscos, rosquetas, magdalenas de huevo o de leche, bizcotelas, hojaldres y barquillos.

    19 jul 2011 / 10:43 H.

    Masas cocidas, crema pastelera, única concesión foránea; adornos de guindas, coco y chantillí, merengue; la nata y la mantequilla vendrían de la capital. Hubo y hay grandes maestros pasteleros artesanos de Torredonjimeno: en la calle San Pedro, la “Bola de Oro”, de Gómez; después “Saltete” y Juan Hueso con su esposa Luisa, padres del Juan actual; Juana Gay “La Bozala”, en la placilla con sus hijos Julio y Pepe; Pablo Torres, en la calle La Muela, y después Rafael Santiago; otros que no recuerdo. En las casas se hacían dulces, nuestras madres y abuelas tenían tiempo para las delicias de sartén, tartas, tortas o repostería y las magdalenas para Semana Santa. Las Dominicas hacían unas “mantas” deliciosas. Expertas dulceras que ayudaban en las casas: Carmela “la raigona”, sus inolvidables magdalenas y roscos; también Blasa Ramos. Los dulces se han trasladado a las panaderías, más tecnificadas; el porvenir de la pastelería se complica, exigencias del guión de ingeniería social; pan y pasteles ayer hacían de la necesidad nutritiva virtud placentera. Hoy, son simple gula, política y sanitariamente incorrecta.

    José Calabrús es abogado