Pasión obrera

Javier Laplana.- Queda poco tiempo para que se inicie la Semana Santa, en la que la que florece en su mayor esplendor la adoración a un gran hombre o Dios, según las creencias de cada uno, pero también  renacen con más fuerza las dudas, que pueden convertirse en malestar interior, sobre el significado de su crucifixión.

    15 mar 2013 / 17:11 H.

    Es difícil entender y aceptar que alguien tenga que ser torturado y asesinado para que otro ser nos perdone de nuestros pecados y que la vida de una persona se le dé tan poco valor que pueda servir como intercambio. Los hechos acontecidos en la pasión de Jesús, a mi entender, son solo el resultado de la avaricia  y la falta de escrúpulos de los poderosos que les lleva hasta asesinar para mantener su estatus social, político o económico. En nuestra sociedad, me refiero a la sociedad europea, es difícil que se den supuestos como el descrito, pero salvando las distancias, podemos extrapolar el razonamiento base. Hoy en día hay poderosos que emplean el mismo discurso, justificando los recortes de derechos y de bienestar de los más débiles como necesarios para ellos, pero lo único que persiguen es mantener o acrecentar su posición de poder económico y social. Esta Semana Santa además de ejercitar nuestro espíritu debemos reflexionar sobre la postura que vamos a mantener ante la “crucifixión” que están sufriendo los más desfavorecidos económicamente y la “pasión” económica de las clases medias.