30 sep 2013 / 10:24 H.
Llegaba el otoño de la melancolía y del miedo en que empiecen a embestir nuestros gobernantes. Si el malabarista González Pons nos ofertó en día y forma la creación de más de tres millones de puestos de trabajo, el bronceado testigo del juez Ruz en el caso Bárcenas, Arenas Bocanegra, nos multiengañará a todos con las líneas rojas. Debe de ser daltónico: “La sanidad, la educación y las pensiones, son intocables”. Pues tan es así que ya se están pasando de la raya. Y para mañana, con la fresca, recopago farmacéutico en los hospitales. Manada de mangantes. ¿Cuánto nos habrá costado el periplo argentino de 2020? Eso sí, hemos tenido la oportunidad de ver a una Botella que en lo del inglés... y como ella justificó, tan “hortera” como el mío, en su día, en Alicante de camarero. El otro dormía por 400 euros, don Mariano, fue como otro “extra de los doscientos figurantes”. Y mientras, por aquí cada 3 minutos hay un pobre más y se va consiguiendo ir alimentando a la famélica prole escolar de escasos recursos. Preocupa la cordada manual catalana. Mejor que la de la carita de porcelana Soraya, la vicepresidenta, cambie el discurso de gobierno “legítimamente elegido” por el de cuadrilla de embusteros que engañaron al pueblo. El atraco a las pensiones ya está preparado. Por suerte, la mayor parte de la sanidad madrileña no se ha privatizado por orden judicial, y a esperar. Y la enseñanza sigue en huelga en Baleares. Algo debió temer el ministro Wert cuando su apertura escolar la hizo en un colegio murciano y no en la Universidad de Zaragoza. Como tiene la cara tan dura, le encanta ir de escándalo en escándalo.
Nicolás Ortiz es Maestro industrial