Morató resalta que viajar la ha hecho más solidaria
La periodista destaca que las mujeres viajeras buscaban el saber y la cultura
MARÍA ALDEA BUSTOS / JAÉN
El salón de actos de la Real Sociedad Económica de Amigos delPaís reunió a un público deseoso de escuchar a la periodista y fotógrafa catalana Cristina Morató. La conferencia Mujeresviajeras, lasgrandes olvidadas, dentro del ciclo “Una mirada crítica a nuestro mundo”, despertó un gran interés entre los jiennenses conocedores de su trabajo.
Cristina Morató, que fue presentada por la jefa de Local de Diario JAEN,Manuel Rosa, participó en el ciclo de conferencias organizado por el Parque de las Ideas Esteban Ramírez, Espacio Cultural Abierto, la Obra Socio Cultural de la Caja de Jaén y el periódico provincial.

El salón de actos de la Real Sociedad Económica de Amigos delPaís reunió a un público deseoso de escuchar a la periodista y fotógrafa catalana Cristina Morató. La conferencia Mujeresviajeras, lasgrandes olvidadas, dentro del ciclo “Una mirada crítica a nuestro mundo”, despertó un gran interés entre los jiennenses conocedores de su trabajo.
Cristina Morató, que fue presentada por la jefa de Local de Diario JAEN,Manuel Rosa, participó en el ciclo de conferencias organizado por el Parque de las Ideas Esteban Ramírez, Espacio Cultural Abierto, la Obra Socio Cultural de la Caja de Jaén y el periódico provincial.
Morató centró su intervención en las vidas de algunas de las aventureras que viajaron por Oriente. La periodista, que recientemente ha vuelto de un viaje a Siria, dijo, en respuesta a la pregunta de uno de los asistentes a la ponencia, de que a pesar de cómo están esos países no hay que tenermiedo “siemprehay algo que rescatar. Yo animo a la gente a viajar allí”. Morató resaltó que su pasión por las mujeres viajeras se debe a que ella se siente viajera “mis libros son un homenaje a mis antecesoras. Es másmeritorio lo que ellas hicieron. Hoy en día no podemos entender lo que era en los siglos XVIII y XIX”. Hizo hincapié en el problema que era enfrentarse a los convencionalismos sociales en una época en la que eran tachadas de “antinaturales, antifemeninas, ligeras de cascos y en algunos casos de marimachos”. Insultos y burlas eran habituales contra las mujeres viajeras que, además, lo tenían difícil para explorar ya que la Real SociedadGeográfica de Londres no les prestaba apoyo y hasta bien entrado el siglo pasado no les permitía publicar sus investigaciones, sólo podían hacerlo con seudónimo: “Consideraban que las mujeres no estaban preparadasni físicanimentalmente para ello.Viajaban las viudas, separadas o solteras y las aristócratas inglesas lo teníanmás fácil ya que contaban con dinero. Al lado de los exploradores también había mujeres, pero ellosnohacen referencia a ellas, que igual que sus maridos se enfrentaban a peligros y una vida terrible”.ANÉCDOTAS. Morató destacó que la manera de narrar los viajes es muy diferente entre el hombre y la mujer:“Mientras ellos, enocasiones se detienen y escriben páginas y páginas sobre el ataquedeunleón ellas lo solventan con humor y contando cómo a golpes de sombrilla se deshacen de, por ejemplo, un hipopótamo. Para ellas no era lo importante acumular kilómetros sino el conocimiento que lo graban en sus viajes”.A este respecto contó la anécdota personal que le ocurrió en un viaje en el que la dejaron sola y a la puerta de su tienda encontró a un hipopótamo con el que se lió a golpes con su bolso. Luego se enteraría de que era lamascota del hotel en que estaba, pero reconoció que habría sido capaz dematarlo a golpes en su desesperación.
Morató se refirió, principalmente a tres grandes viajeras británicas Lady Montgu, Lady Jane Digby yGertrudeBell.Las tres centraron sus viajes por Oriente.De la primera recordó la gran importancia que tuvo ya que fue la primera mujer occidental en entrar en un harén y en que gracias a sus escritos, por ejemplo, los pintores orientalistas pudieron pintar cuadros como El baño turco de Ingrés, con doscientas odaliscas en un haman. Él que nunca había estado en uno: “Sus deliciosas cartas y escritos narran la vida otomana en el harén, la mezquita o el haman. Su privilegiada situación en Estambul,como esposa del embajador, le permitió tener acceso a lugares desconocidos”. De Digby, mujer de grandes escándalos en Gran Bretaña, destacó su conversión en“beduinade corazón”. Deja atrás su cultura y se viste y vive comouna beduina: “Se casa conun árabe en un tiempo en el que para los británicos eran unos salvajes”. Losmayores elogios sindudafueron paraBellde quiendijo que llegó a tener un gran poder en oriente y que fue muy brillante: “Fue la primera mujer que se licenció en Oxford y se atreve a explorar los desiertos que llegó a conocer como la palma de su mano. A ella le encargaría Inglaterra que diseñara las fronteras de un país que se llamaría Iraq. Ella fue la que desde su hogar de Bagdad trazó esa frontera e incluyó, Basora yMosul por su riqueza petrolífera”.

«Siempre digo que soy una viajera.Siempre me interesó ver mun doy ver loque hay más allá de las cuatro paredes de mi casa»
«No busco el riesgo, no me interesa esa aventura, busco lo que me enriquezca en los viajes. El viajarme ha enseñando a ser más generosa,más solidaria. Los viajes han sido mi vida»
«Lasmujeres viajaban solas y a diferencia de los exploradores no tenían patrocinadores. Para ellos era una competición de la que debían volver rápido para contarlo. Las mujeres no tenían ese problema ya que no las financiaba nadie»
«Hay que recuperar los viajes de las mujeres que están cargados de observaciones sobre lo que les pasaba a otras mujeres, algo que no hacen los hombres»
«La verdadera Lawrence de Arabia fue Gertude Bell, la llamada reina sin corona de Irak. La mejor especialista política de Oriente Próximo. Era una especie de Condoleza Rice. Llegó a tener un gran poder»
«Estas mujeres vivieron una realidad distinta a la de ahora. Eran cristianas y viajaban solas por Oriente y no fueron atacadas, ni violadas, ni tuvieron el másmínimo percance con los árabes. Eso puede hacer reflexionar en estos momentos»