Marina:“Debemos tener presente que todos somos necesarios para educar”
El filósofo, escritor y profesor destacó en su ponencia “Cómo llegar a ser un asesino: El aprendizaje de la violencia” que hay que tener presente el proverbio africano en el que se afirma que la tribu entera hace falta para formar a un niño
MARÍA ALDEA BUSTOS / JAÉN
La educación es una tarea en la que se debe implicar a toda la sociedad. Cómo llegar a ser un asesino:El aprendizaje de la violencia fue el título de la conferencia pronunciada por el filósofo, escritor y catedrático de instituto José Antonio Marina en el Aula de Cultura de la Diputación.

La educación es una tarea en la que se debe implicar a toda la sociedad. Cómo llegar a ser un asesino:El aprendizaje de la violencia fue el título de la conferencia pronunciada por el filósofo, escritor y catedrático de instituto José Antonio Marina en el Aula de Cultura de la Diputación.
La ponencia, que forma parte del ciclo Una mirada crítica a nuestro mundo, organizado por el Parque de las Ideas “Esteban Ramírez”, Diario JAEN y la Obra Socio Cultural Caja de Jaén, reunió a muchos jiennenses interesados en la educación. Marina destacó en su intervención que es fácil diseñar la mente de un asesino, pero lo que interesa es ver cómo el problema de la violencia va a más: “Cuando hace cuatro años se reunió en Madrid el Congreso Mundial de psiquiatría dijo que el siglo XXI no iba a ser el de internet sino el de la depresión y el de la violencia. Y por lo que tenemos alrededor y vemos en la prensa ya vemos lo que está sucediendo”.
Para intentar prevenirlo y limitar la violencia Marina dice que hay ver qué puede hacer la educación: “Hay que conocer cómo se forma la mente del violento. Qué aspectos son hereditarios, cuáles biográficos, familiares, educativos, sociales... para ver en cada momento dónde deberíamos actuar para intentar prevenirlo y no sólo por que haya que prevenir, sino porque nos sirve para ver cómo crear personalidades más resistentes más alegres, mas justas en mejores condiciones para las dos únicas cosas que nos interesa que sean nuestros niños. Para que sean felices y sean buenas personas”. Todo forma parte de un modelo educativo, de una movilización social educativa: “Que se rige por lo más sabio que yo en pedagogía yo he oído que es un proverbio de una tribu africana que dice: Para educar a un niño hace falta la tribu entera. Y una de dos o la tribu entera se compromete o los niños van a estar para desgracia de ellos y de los adultos muy mal educados”. Marina resalta que en la sociedad occidental se ha pasado del respeto al mayor, cuando un adulto reñía a un niño este atendía. Los niños eran del barrio: “Parecía que nadie nos vigilaba cuando estábamos solos jugando en la plaza del pueblo, pero si nos descarriábamos siempre había quien nos llamaba al orden. Éramos los chicos del barrio. No hay ahora esa especie de vigilancia suave”. Según el profesor Marina lo que está sucediendo hoy en día en el mundo educativo es algo nuevo en la Historia de la Humanidad: “Siempre quien educaba era la sociedad entera, que era muy homogénea, unas veces para bien y otras para mal, todo hay que decirlo, que había un consenso generalizado sobre los valores y la sociedad confería autoridad educativa a los padres y a los profesores, que educaban en nombre de la sociedad. Entonces, lo tenían bastante fácil. Era como si la sociedad fuera una enorme ola y los padres y docentes eran los surfistas que están empujados por toda la ola”. Según Marina, ahora los padres y docentes tienen la impresión de que no educan en nombre de la sociedad sino en contra de la sociedad: “Se sienten abrumados, asustados y no saben que hacer. En el fondo yo creo que no hay tantas familias que hayan claudicado educativamente. Lo que yo veo en los padres de mis alumnos son familias con una obsesión educativa, pero que no saben lo que hacer”. Considera Marina que hay que restaurar esa urdimbre social de la educación que va a permitir que todos colaboremos y simplifiquemos las cosas y hagamos de la educación un fenómeno menos trágico y más alegre: “Ver cómo un niño amanece al mundo, se va adueñando de la realidad y configura su personalidad. Eso es un espectáculo muy emocionante y alegre y ahora lo estamos enfrentando como una suerte de momento trágico, dramático y confuso que nos resta fuerzas educativas. Tenemos que invertir el ciclo”.

“Todos vivimos gracias a que unos optimistas se empeñaron en lograr lo que hoy tenemos. Los optimistas son los que han conseguido que más o menos las cosas hayan progresado”.
“Cuando una persona comete actos violentos hay qué ver que le ha llevado a eso. Hasta qué punto está condicionado por la genética, por el ambiente o qué hecho concreto lo pone en el disparadero”.
“Las lenguas están hechas para entendernos no para separarnos. Hay que escuchar y entender”.
“Lo importante de la inteligencia es resolver problemas prácticos”.
“Lograr mediante la educación ayudar a una personalidad que está emergiendo”.
“Los niños pueden tener creencias a cerca de la violencia que les lleven a considerarla como aceptable o que con ella van a sacar un beneficio”.
“Muchas veces sin darnos cuenta estamos premiando los actos violentos”.
“La felicidad tiene un contenido bastante más concreto de lo que decimos”.
“Todo lo que hacemos es para satisfacer alguna de nuestras grandes necesidades. Por una parte el bienestar familiar y por otra la necesidad de lograr cosas y saber que por uno existe algo valioso”.