Otros comerciantes
Aparte del comercio de alimentación que obviamente era el más numeroso, existían otras tiendas atendidas por profesionales cuidadosos y avispados que resolvían los problemas del vestido, calzado y otros suministros precisos en el hogar.
Algunos, como Gabriel Ocaña lo simultaneaban con los ultramarinos, otros tenían dedicación específica en tejidos como Agustín y Manolo Liébana, esquina de la calle Rabadán, que tenían una soberbia tienda con las mejores telas y perfumes y hasta cogían puntos de medias; Antonio Vílchez, primero en la placilla y después en La Muela tenía un gran comercio, en Mesones, Tejidos Vera; en la calle Caballero hubo otra magnífica tienda. En mercería destacaba don Jesús Gea, “el totanero”, que tenía de todo y podían encontrarse botones, cremalleras y otros adminículos necesarios para la confección; en la calle Mesones, José “el de Eusebio” vendía desde fajas y medias a botones, tachuelas y perolas, le siguieron sus hijas, “las niñas”; su hermano Antonio Cruz tenía otra tienda en la calle La Muela con ferretería, menaje, regalos y juguetes, la tienda de Emilín, una institución que todos recuerdan. Para suministros y materiales, el almacén de Paco Hermoso, hijo de “Gilico” nombre que pervive. Fernando Lara y Domingo Ureña fueron los introductores en el pueblo de la radio y la televisión y los electrodomésticos; Domingo llegó a vender hasta motos.
José Calabrús es abogado