Otro robo más en la Parroquia de San Pedro Pascual

Agentes de la Científica empolvaban el marco de la ventana en busca de huellas. Mientras tanto, otros policías tomaban declaración al sacerdote y al sacristán para conocer qué se habían llevado de la parroquia. La escena, que se produjo ayer mismo, no es nueva. De hecho, se ha repetido ocho veces en el último lustro en la iglesia de La Inmaculada y San Pedro Pascual. Nada más y nada menos: “No se han llevado nada, porque procuramos no dejarnos nada de valor en las instalaciones”, explica, con sencillez, el párroco Luis María Salazar.

09 jun 2015 / 09:56 H.

La última visita de los amigos de lo ajeno se produjo en la madrugada del sábado al domingo. Los ladrones arrancaron de cuajo la reja de una de las ventanas de la planta baja, en concreto, la que da a un cuarto de baño. Después, levantaron la persiana y lograron hacerse hueco para acceder al edificio. Una vez dentro, camparon a sus anchas. Reventaron a patadas la puerta del despacho del sacerdote y revolvieron todos muebles en busca de dinero y de objetos que poder llevarse y, posteriormente, revender.
Ya el domingo por la mañana, cuando los responsables de la parroquia entraron a la iglesia, no tuvieron que esforzarse mucho para percatarse de que había recibido una visita no deseada: “Los cajones y los armarios estaban abiertos y habían esparcido por el suelo toda la documentación que guardamos relativa a catequesis, cursos prematrimoniales o boletines parroquiales antiguos”, aclara Luis María Salazar. Y añade: “Procuramos quitar todos los objetos de valor porque estábamos advertidos de lo que podía ocurrir”.
No en vano, la parroquia ha sufrido ocho robos similares en los últimos cinco años. El penúltimo se produjo hace nueve meses, muy poco tiempo después de que el actual sacerdote se hiciera cargo de la parroquia: “Entonces, se llevaron 100 euros que una familia había donado a la parroquia y que destinábamos a obras de caridad. Desde entonces, nos llevamos hasta el proyector que utilizamos en los cursos para evitar que nos lo roben”. Luis María Salazar se congratula de que los ladrones no se llevaron algunos objetos litúrgicos, que suelen ser muy atractivos para los ladrones “por su color dorado”. “Pensamos que, o bien no los vieron, o bien los cogieron y, al ver que pesaban poco, no les interesó y los dejaron”, añade el párroco.
La Policía Nacional se ha hecho cargo de las investigaciones. Ayer por la mañana, agentes de la Científica recogieron vestigios en el lugar del robo, mientras que los responsables de la parroquia se afanaban por ponerlo todo en orden y procedían a arreglar los desperfectos ocasionados.