Otra ley educativa más

una ley con los días contados si hay cambios en las próximas elecciones generales. Mucho se ha hablado sobre este tema, que está ahora de actualidad por el inicio del curso. Las madres andamos preocupadas por adquirir el material escolar, la ropa, los zapatos y todo lo necesario para que nuestros hijos puedan asistir con normalidad al colegio. ¿Nos preocupamos también por los contenidos que van a recibir? Siento envidia cuando veo reportajes sobre la escuela en algunos países nórdicos. Allí, la educación es una prioridad de todos los partidos y una preocupación de la sociedad en general. Existen acuerdos que se cumplen y se mantienen en el tiempo. Los maestros están bien pagados y solo los alumnos que tienen buenos expedientes académicos pueden acceder a los estudios universitarios de magisterio.

Eligen a los mejores para formar en excelencia a los niños. Ellos tienen claro que el capital humano es el que marca la diferencia entre países. A nosotros aún nos cuesta asumir que nuestra principal riqueza no es el turismo, como pudiera parecer, sino las personas. En España, los partidos han llegado a acuerdos en materia de terrorismo, incluso en temas económicos, todos recordaremos que PSOE y PP se unieron cuando se cambió la Constitución para limitar el endeudamiento de las administraciones, sin embargo, la educación se ha convertido en objeto de controversia. Las leyes se suceden unas a otras según el color del partido que gobierne. Todos parecen más interesados en difundir sus doctrinas a través de las aulas, que en dar una educación de calidad que convierta a nuestros niños en adultos cualificados, capaces de desenvolverse en este mundo globalizado y cambiante. No he estudiado a fondo las reformas que introduce la Lomce, no puedo, por tanto, criticarla, pero creo que algo que no nace del consenso, de la discusión, del acuerdo, nace muerto.