Otra batalla de gloria

Esta vez no ha sido el Campo de la Victoria, el testigo de sus batallas de gloria y de su marcha triunfal. Esta vez el partido se jugaba en la sala de lo mercantil del Palacio de Justicia, donde el Real Jaén se la jugaba en uno de los partidos más importantes de su historia. Allí, estaban convocados los acreedores de la sociedad anónima deportiva, en junta, en una mañana en que amanecía la primavera, en la que se respiraba el incienso de una Semana de Pasión, y en la que el Real Jaén terminó ganando por goleada.

    26 mar 2013 / 11:49 H.

    La jugada se inició con una internada del consejo de administración, que ayudado por sus técnicos y asesores, confeccionaron un proyecto de viabilidad, que permitiera plantear un plan de pagos creíble a los acreedores. Como enlace en la media punta, la administración concursal, que con profesionalidad y serenidad, contribuyó a la mayoritaria adhesión de acreedores. Se aprobó, por fin, la propuesta de convenio dentro del procedimiento concursal, evitando así la apertura de la liquidación y por tanto la desaparición de este histórico club de la provincia. Se ha ganado una batalla más, ya van muchas, en pro de salvar a este escudo, a este real, a la ilusión de miles de jienenses que esperan encontrar en el domingo, el orgullo de ver crecer a Jaén, al menos en lo deportivo. Ahora toca ejecutar este plan, lo que exige de una hoja de ruta adecuada, sin excesos, con mesura, con cabeza, pues en caso de que se falle en el cumplimento de pagos, ya no habrá segunda oportunidad para seducir a acreedores.
    No podemos olvidar el sacrificio de estos acreedores, que han perdonado un 70% de su crédito, admitiendo un plazo de pagos a siete años, seguramente empujados por el amor a un club, a una sociedad, y, seguramente, porque el escenario en caso de liquidación se planteaba más que gris. En estos próximos años, se tendrán que elaborar presupuestos que generen un superávit suficiente para atender tanto el pago comprometido con el acreedor ordinario, como los acuerdos alcanzados con los créditos públicos a los que no les afecta el convenio. Atrás queda una situación agónica, que pintaba de negro el futuro de este club. Muchos éramos escépticos del éxito del concurso, una vez se planteara la universalidad de la insolvencia en una empresa cargada hasta la corona real de créditos públicos. Sin embargo, actitudes propias del deportista,  como la valentía, la profesionalidad, la confianza, la humildad y la generosidad,  han cambiado este futuro, que ahora brilla con el color del primer equipo.  Mi más sincero agradecimiento a acreedores, técnicos, consejeros, y administradores, por permitirnos soñar con el centenario de este club, que más que un club, es parte de nuestra sociedad.

    Rafael Peralta es economista.