Otra acción de urgencia por los desprendimientos de Santisteban
Es lógica la preocupación de los vecinos que tienen sus casas en calles aledañas a la ladera del cerro de la Guarida. El desprendimiento de una gran roca, de unas veinte toneladas de peso, el pasado sábado, hizo que se activara todo el protocolo de urgencia ante el peligro inminente de que se desplomara sobre las casas cercanas. Finalmente, quedó frenada y no hubo que lamentar víctimas, aunque hubo que desalojar a siete personas de tres viviendas.
Los vecinos, que ya están acostumbrados a los desprendimientos de roca, sostienen que es una de las más grandes de las que se han desprendido hasta el momento. Una situación, que una vez desalojados, les hace temer por sus viviendas. De hecho, los precedentes, el más grave el pasado septiembre de 2008, sirvieron para intervenir en la zona, fijar la roca no desprendida y poner mallas que frenaran la caída de piedra. En aquella ocasión, sí hubo daños materiales al aplastar la roca desprendida una cochera. Estas necesarias medidas, no obstante, no fueron suficientes para prevenir este último desprendimiento. El riesgo es tan elevado que el nuevo plan coordinado que se anuncia entre Junta de Andalucía, Diputación Provincial y Ayuntamiento debe ser mucho más ambicioso porque está en juego la seguridad de los vecinos. En este sentido, y por más que la piedra de la Guarida tenga un valor sentimental para la población, se requiere una intervención más agresiva que las precedentes. En esta ocasión, la roca caída está en otro lateral del macizo, por lo que la nueva intervención de la Administración deberá ser integral y actuar en todos los focos de peligro que tiene la piedra en los distintos barrios del municipio de Santisteban del Puerto. Después de los graves avisos que ha dado este monumento natural se debe consensuar un proyecto para que en el futuro no haya que lamentar daños personales.