ÓSCAR JAVIER GARRIDO ADEVA: “Ser estilista me permite expresarme como persona”

MARIAM LÓPEZ
Su madre ya veía en Óscar el gran profesional de la peluquería y estética en que se ha convertido. Cuando apenas daba sus primeros pasitos y lloraba como todo bebé, sólo un peine conseguía callar su llanto. Cuenta que le encantaba peinar a su familia, quitarle las Nancy a su hermana o inventar modelos de costura con cualquier sábana o trapo. Siempre lo tuvo claro, su mundo era este y no la medicina, como querían sus padres. Nació en Toledo, llegó a Linares y el amor terminó sembrando sus raíces en Jaén.

    21 jun 2009 / 10:13 H.

    El amor lo es todo para él, junto a su profesión que lo enriquece día a día y lo hace sentirse realizado. Comenta que dejó esta profesión temporalmente porque necesitaba darse un respiro, encontrarse a sí mismo y crecer como persona, y que este tiempo fue el que le confirmó que no podía estar alejado de lo que siempre había llevado dentro. Afortunadamente, volvió y se quedó para deleitarnos con la magia de su creatividad y su don para hacer belleza.
    —Óscar, en la profesión de peluquero, ¿uno nace o se hace?
    —Pienso que se nace con la vocación, pero evidentemente uno también se hace, hay que formarse. Se nace con ello, porque de lo contrario dedicarte día a día a lo mismo, si no te gusta tu profesión, te quema mucho. Para evitar esto, yo personalmente me lo tomo como un trabajo con el que no sólo busco ganar dinero, sino, primordialmente, expresarme como persona, haciéndolo a través de un corte, un color o un recogido.
    — Conocemos la labor de un peluquero, pero ¿en qué se diferencia del trabajo de un estilista?
    —El estilista es un profesional que asesora en un campo mucho más amplio que simplemente el peinado. Asesora sobre el peinado, la imagen y estética del cliente e, incluso, sobre el vestido. Tomamos como guía la moda o tendencias del momento, pero el buen estilista busca para cada persona la imagen que más le favorece: corte, color, peinado... Hay quién cree que algo le favorece y no es así, y lo podemos asesorar sobre ello.
    —En todas las profesiones, la técnica avanza. En su gremio, ¿están sujetos a nuevas formas y, en general, a un reciclaje?
    —Por supuesto, indiscutiblemente. Lo que es moda hoy, mañana puede dejar de serlo. Igual que se hacen desfiles o pasarelas de moda para promocionar las nuevas tendencias, en peluquería y estética, también se producen cambios constantes y, por lo tanto, tenemos que reciclarnos.
    —-¿Cuáles son las tendencias actuales más importantes?
    —La vuelta de la plancha de pelo, actualmente es lo que más se usa, mucho más que el secador tradicional. Pero ahora para rizar el cabello, no para alisarlo. Peluquería Mimos fue una de las primeras que comenzó aquí a usar esta plancha de cabello.
    —-¿Quién decide la moda en peluquería y estética?
    —Está muy influenciada por lo que viene de pasarelas, pero los peinados que pasan por allí son demasiado artísticos, sofisticados e incluso extravagantes, no son peinados cómodos para el día a día. Las nuevas tendencias llegan de fuera, principalmente de Londres. Pero, finalmente, el cliente es quien manda, porque tiene su estilo y hay que adaptarse al de cada persona, asesorándola si es necesario.
    —¿Cuando alguien llega al salón de belleza se deja llevar o tiene claro lo que busca?
    —Depende de la confianza que tienen en el estilista que le vaya a atender. Si confía y sabe que va a quedar bien, se deja llevar plenamente. Otras personas vienen buscando algo concreto y no se le puede sacar de ahí; o quienes entran con miedo al cambio, por lo que no te dejan trabajar o cambiarles la imagen. Cuando se entra en un salón de belleza, lo primero es un diagnóstico de su cabello, y conocer a qué se dedica la persona, porque dentro de cada profesión, se debe dar una determinada imagen. Un profesional con un corte demasiado atrevido o moderno, no daría a otras personas la confianza que busca. Los grandes avances y técnicas nuevas consiguen un consenso entre lo que la persona realmente quiere, necesita o le favorece, y el trabajo del estilista.
    —Siempre se ha dicho que las rubias quieren ser morenas y las morenas, rubias, ¿qué diría al respecto?
    —En España, hasta hace pocos años la tendencia era ponerse rubia. Pero esto ha cambiado, hoy en día se trabaja una amplia gama de colores: el marrón mechado, los rojizos... A mí personalmente me encanta una mujer morena, pero también es cierto que a todo el mundo no le favorece, porque el pelo oscuro endurece los rasgos. Lo que hay que tener claro es que un buen estilista tiene también que ser un buen colorista o tinturista. En Peluquería Mimos buscamos un color personalizado para cada cliente, porque cada persona que pasa por nuestros salones de belleza es única y necesita un color de cabello específico que se adapte a sus rasgos, su piel y su personalidad, porque de lo que se trata es de resaltar la belleza de cada uno.
    —Luego, ¿son auténticos artistas?
    —Es una forma bonita de definirlo.
    —Óscar, ¿qué hay de cierto en que las fases lunares influyen en el crecimiento del cabello?
    —Se comenta que para que crezca abundantemente, se debe cortar en cuarto creciente, pero yo no creo mucho en estas cosas, lo fundamental es el consejo del peluquero y un tratamiento adecuado para cada caso.
    —¿Cuidan por igual su aspecto  mujer y hombre?
    —Afortunadamente, sí. Se han dejado atrás trasnochados tópicos sobre la masculinidad. Los tiempos han cambiado. Antes el hombre acudía a la barbería y ahora al salón de belleza, antes no pedía un corte personalizado y ahora sí, se ponen color en el cabello, se cuidan el cutis. De unos años a esta parte, ha habido una revolución muy importante en el estilismo masculino. Mujeres y hombres se cuidan prácticamente por igual.
    —Óscar, dicen que quien se pone en sus manos repite. ¿Cómo se siente?
    —Principalmente orgulloso, lleno y abrumado, algunas veces. Intento dar lo mejor de mí a cada cliente. Me causa mucho respeto que la gente me prefiera como estilista, y ello me hace luchar por perfeccionar mi técnica día a día, y superarme. Cuando notas en los clientes esa confianza depositada en ti, y en lo que le estás haciendo, te abre las puertas para que puedas desarrollar tu trabajo. Cuando consultan contigo qué ponerse para estar mejor, cómo arreglarse o cómo mejorar su imagen y estilo, sientes que has llegado a tal grado de complicidad que ya formas parte de sus vidas.
    —En casa del herrero, cuchara de palo. ¿Es su caso, o cuando termina su jornada, le toca peinar a familia y amigos?
    —En mi caso no. Cuando termino es para disfrutar de mi pareja, mi familia, mis amigos, mi casa... En ese momento, una buena ducha y desaparece la gomina.
    —Y, por último, ahora que ya hay confianza, ¿debo cambiar mi corte de pelo?
    —Sabes que fuera del trabajo, como te he dicho, desconecto. Así que pásate por el salón y lo estudiamos...