Óscar: "Calderé tiene el mismo carácter que como jugador"
Nada más conocer que el Linares era el rival del Castellón en la promoción de ascenso, Ramón María Calderé esbozó una pícara sonrisa. Por alguna razón, la relación del técnico albinegro con el Linares iba más lejos del emparejamiento propiamente dicho. Así, en la rueda de prensa posterior al sorteo exclamó: “El hijo de uno de los mejores amigos que tengo en esta vida juega en el Linares”. Los periodistas presentes en la sala se miraron extrañados e, incluso, interrogaron a Calderé para que desvelara el nombre del futbolista, a lo que Calderé, con su habitual ironía, se negó.
Ese gran amigo al que se refería el entrenador tarraconense es Óscar Monedero y el hijo de este se llama Borja y es integrante del equipo filial que acaba de ascender a Segunda Andaluza.
Ese gran amigo al que se refería el entrenador tarraconense es Óscar Monedero y el hijo de este se llama Borja y es integrante del equipo filial que acaba de ascender a Segunda Andaluza.

Óscar Monedero, uno de los mejores futbolistas que ha dado la cantera azulilla en los últimos tiempos, y Calderé se conocieron en el servicio militar y compartieron vestuario en el Alcalá de Henares, equipo con el que lograron el primer ascenso del club madrileño a Segunda División B. Corría el año 79, cuando Óscar Monedero fue llamado a filas. La mili le cortó su progresión en el Linares, donde su sensacional toque de balón no había pasado desapercibida para el entonces técnico del primer equipo, José Antonio Viera. Calderé, al igual que él, era una figura emergente de la cantera del Barcelona, donde hablaban maravillas de su velocidad.
Desde el primer momento en el que se conocieron, entablaron una buena amistad hasta tal punto de jugar en el mismo equipo mientras cumplían el servicio militar. “Era un futbolista eléctrico, todo raza y carácter. Creo que aquella forma de entender el fútbol también la tiene como entrenador", indica Óscar, quien habló con Calderé esta semana para quedar después del partido del sábado. “Somos muy buenos amigos y cuando nuestras ocupaciones no lo permiten intentamos vernos”.
Óscar regresó al Linares nada más acabar la mili. Jugó en el club azulillo más de nueve temporadas y es todo un emblema del linarensismo. Calderé hizo lo propio en el Barcelona, con el que consiguió una Liga española, una Copa del Rey, una Copa de la Liga y una Supercopa, además de ser internacional.