Objetivo, evitar la erosión en el incendio de Quesada
En ocasiones, el destino es caprichoso y ofrece casualidades que parecen hechas a propósito. Así lo deben pensar los vecinos de los municipios afectados por el que está considerado uno de los incendios más importantes de la historia de la provincia de Jaén. El 5 de julio una tormenta seca prendió la llama del fuego de Quesada y ayer, justo tres meses después, comenzaron las labores para recuperar las más de diez mil hectáreas afectadas. Noventa días han pasado, pero la estampa es tan o más desoladora que la del primer día. Allí donde el Infoca instaló su puesto de mando, bajo el sol abrasador a medio camino entre la Estación de Cabra y la de Huesa, hoy nacen unos pequeños matorrales que son los brotes verdes de la esperanza. Pero, el color del optimismo no luce por igual en todo el terreno. Lo reconoce el alcalde de Quesada, Manuel Vallejo, que el incendio afectó a un paraje muy desigual, la destrucción no fue uniforme y, por lo tanto, las medidas para que la vida brote de nuevo tampoco pueden ser las mismas para toda la extensión. En las zonas de llanura, el agua de la lluvia ha permitido una ligera regeneración, un fenómeno imposible que se repita en las pendientes.

La mejor muestra de la diversidad en la desolación se encuentra en la “zona cero” del incendio, en lo más “hondo” de Cerro Miguel. Hasta allí, bajo una capa de lluvia que, por ocasiones, se tornó densa, acudió un equipo de cuarenta personas del Plan Infoca. Son el escuadrón de avanzadilla del pequeño ejército que, durante los próximos meses, se dedicará a dar vida a un espacio de alto valor ecológico. Las primeras labores tienen un objetivo más que claro, tal y como confirmó el delegado de Medio Ambiente, Juan Eugenio Ortega. Buscan evitar la erosión a toda costa porque para poder replantar es necesario tener suelo. Así lo reconoce, también, el alcalde de Quesada, que explica que la decisión de empezar por esta zona de 110 hectáreas pertenecientes al término municipal de Huesa obedece a que es uno de los espacios más “sensibles”, con mayor riesgo de erosión y con una gran dificultar para intervenir. “Nos da mucha alegría y esperanza. Cuanto antes empiecen a trabajar, antes evitaremos los efectos de las lluvias torrenciales y permitiremos que la erosión haga el menor daño posible”, confesó Manuel Vallejo.
¿En qué consisten estas primeras labores? Son trabajos duros, desde el punto de vista físico. La avanzadilla se encarga, ahora, de talar todos aquellos pinos que están calcinados, de los que no queda ni una brizna de esperanza. El material será aprovechado, de manera que con la madera de los troncos se harán fajinas y albarradas para evitar la erosión causada por las lluvias torrenciales. Las ramas también se reciclarán. Se triturarán para que sirvan de abono para la replantación que se acometerá en las próximas semanas. A partir del lunes, este primer escuadrón será reforzado con otras 110 personas, también del Plan Infoca, confirmó el alcalde de Quesada. Estas primeras labores de prevención se alargarán hasta mediados de noviembre, siempre y cuando el tiempo acompañe. Sin embargo, al Infoca parece no importarle mucho cuatro gotas de lluvias, porque la primera jornada la completaron —hasta las dos y media de la tarde— sin tener en cuenta la capa que les empapaba.
“No todas las partes se pueden tratar de las misma manera. Unas cuentan con mayor pendiente, mientras que otras son espartales y otras, zonas de pinos. Por eso, las intervenciones serán muy diferentes”, argumentó Manuel Vallejo, que recordó, a su vez, que los retenes están conformados por trabajadores de los municipios de la comarca, por lo que también supone una oportunidad de trabajo para los vecinos. Una vez se acaben las labores en las 110 hectáreas iniciales de Huesa, los operarios se desplazarán hacia otra zona, de 130 hectáreas, dentro del término municipal de Quesada. Y, de forma paralela, se trabaja en la habilitación de naves ganaderas en Cabra de Santo Cristo para poder trasladar a unas 5.000 cabezas, principalmente ovejas, a nuevas zonas de pastoreo, tal y como avanzó. el viernes, el delegado de Medio Ambiente, Juan Eugenio Ortega. En esta fase, se invertirá un millón de euros. El resto, hasta 2,1 millones previstos por la Junta, se ejecutará a partir de febrero. Se invertirá en tratamientos fitosanitarios y plantación, principalmente. En la primera parte del presupuesto se incluyen las obras en infraestructuras, que se adjudicarán a empresas de los municipios afectados por el incendio.