Nuevo altercado durante el reparto de alimentos de Cáritas
Los voluntarios de Cáritas Interparroquial realizan un ingente y, a veces, poco reconocido trabajo en favor de las familias más necesitadas de la provincia, y lo hacen sin esperar ninguna compensación económica a cambio. Muchos llevan más de una década en ello, pero reconocen que lo que se vive, en los últimos meses, no lo habían visto nunca.
Las peticiones de ayuda —en todos los servicios que ofrece el organismo eclesiástico— se dispararon desde el comienzo de la crisis y, sin duda, uno de los más demandados es el del reparto de alimentos, que funciona a pleno rendimiento durante casi todo el año pero que, en verano, con las vacaciones y el descenso de voluntarios disponibles, sufre un recorte: el Banco de Alimentos abre solamente cuatro días al mes, los miércoles.
La situación desesperada que viven muchas familias en la ciudad hace que la bolsa de productos —que se recibe a cambio de un vale adquirido en la parroquia— sea la principal fuente de comida para los treinta días. Ello hace que, a final de mes, o a mediados, según el número de miembros del grupo familiar, la nevera esté casi vacía y se espere el primer miércoles de cada mes como agua de mayo. Ayer fue, precisamente, el primer día de reparto de agosto, y la afluencia de gente lo demostró: se intercambiaron 167 vales por 167 “kits” de alimentos de primera necesidad, entre los que hay leche infantil en polvo, aceite, legumbres, pasta, tomate frito o caldo en “tetrabrick”.
Cada bolsa se entrega casi personalizada, ya que se tiene en cuenta si es una familia con hijos o no, de qué edades y de cuántos miembros se compone. Las colas para entregar el vale son, en los últimos tiempos, bastante largas, lo que causa algunos problemas. Javier Porras, presidente de Cáritas Interparroquial en Jaén, informó de que ayer hubo un “pequeño altercado” entre los usuarios del servicio y el equipo de voluntarios. “Fue fruto de los nervios porque, aunque el reparto comenzó sin problemas, a media mañana dejaron de darse números”, confirmó Porras, si bien el incidente no pasó a mayores.
antecedente. No es la primera vez que un altercado o una discusión altera el orden normal y pacífico de reparto de alimentos a cambio de vales que desarrolla solidariamente Cáritas Interparroquial a través de su red de voluntarios. El primer miércoles del pasado mes de julio una “avalancha” de cerca de doscientas personas hacían cola en la calle Doctor Azpitarte, donde se ubica la sede del Banco de Alimentos. Los cuatro voluntarios que atendían el servicio, que tiene un horario de mañanas hasta la una de la tarde, se encontraron tan desbordados que, ante el temor de que se produjera algún problema, tuvieron que llamar a la Policía Local, que se personó para controlar el reparto de “víveres”. “Se acercaba la hora de cerrar, habíamos atendido a más de cien personas y todavía había otras cincuenta esperando”, explicó Porras hace un mes.
Entonces, y como medida excepcional, el Banco de Alimentos abrió, también, al día siguiente, para hacer frente a la desmedida demanda de ayuda de las personas en situación de necesidad, y se atendió, entonces, a medio centenar de personas más. De hecho, Porras calcula que, cada mes, los voluntarios repartidos por las veinte parroquias jiennenses entregan una media de mil vales. Antonio Heras/Jaén