Nueva santa española

El Papa Francisco canonizó el día 18 de octubre en El Vaticano a una nueva santa, madre María de la Purísima. La religiosa española pertenece a la Compañía de la Cruz, institución fundada por Santa Ángela de la Cruz en el siglo XIX. En Linares se fundó la Casa de la Compañía, en el casco antiguo, en los años 80, estando de madre general la actual santa y con la especialísima colaboración del sacerdote don José Antonio Balboa.
Olga Salvat, sobrina de la santa, ha concedido unas palabras a “Intereconomía”, y de ahí obtenemos este valioso testimonio. —¿Es cierto que sobre todo en Sevilla, las Hermanas de la Cruz son algo más que una institución? —Así es, no se entendería Sevilla sin las hermanas; es como si a Sevilla por ejemplo le faltara la Giralda. Cabe destacar que falleció el 31 de octubre de 1998 y que en 2010 ya fue beatificada.
Las Hermanas de la Cruz hacen su vida en silencio, y la humildad es la madre de sus virtudes. El que se le haya proclamado santa, en tan poco tiempo, y además por el hecho de haber vivido de una manera extraordinaria una vida ordinaria, creo que es un mensaje para todos. La Santa Sede le ha reconocido a la madre María de la Purísima de la Cruz, dos milagros: Así es, la curación de una niña con una cardiopatía congénita incurable y la de un armado de la Macarena que despertó después de doce días en coma. Sigamos. —¿Por qué la llaman a madre María de la Purísima de la Cruz la santa de lo cotidiano? —Hacía las cosas cotidianas de manera extraordinaria, era una santa dentro de su vida normal. A veces se tiene una idea de que los santos son como seres extraños, casi como si fueran de otra especie que la nuestra; y yo creo que se puede comprobar, una vez más, que son en definitiva gente absolutamente normal. Naturalmente nosotros no vamos a llevar la vida de las Hermanas de la Cruz. Ellas llevan una vida de esfuerzo, totalmente desinteresada y dedicada a los pobres; pero cada uno de nosotros en nuestra vida podemos alcanzar esa santidad en lo cotidiano. Madre María de la Purísima vivía las virtudes con constancia, y eso es lo que le ha llevado a ser santa, no es a partir de hechos extraordinarios. —¿Llevan las hermanas una vida completamente dedicada a los más pobres? —Sí, ellas llevan una vida completamente activa y a su vez contemplativa. Las hermanas dedican mucho tiempo a la oración, además entregan alimentos a los pobres y salen a velar enfermos toda la noche. Salen en parejas, una de ellas va totalmente en silencio, y así pasan la noche con los enfermos. Al día siguiente vuelven a sus casas, y se incorporan todo el día a la actividad normal del convento. Siempre están al lado: de Dios, del necesitado y del pobre más pobre.


Rafael Gutiérrez Amaro / Linares

 

    30 nov 2015 / 12:12 H.