18 may 2014 / 22:00 H.
En los próximos días los dos partidos, hasta ahora mayoritarios, apelarán al voto útil, cual trileros de la política que desdeñan por completo la libertad de decisión ciudadana. Nos harán creer que de lo contrario, si el voto se disgrega, llegará el caos, el holocausto. No se a que viene tanto miedo por parte de PP y PSOE cuando, ocurra lo que ocurra, seguirán votando juntos, si unidos, el 80% de las veces en el Parlamento Europeo, y esto no es una especulación es un dato estadístico. La democracia real, esa anhelada utopía, se asienta sobre un principio básico, una persona, un voto, y el poder emana de la voluntad popular. Como tal, cada voto depositado en las urnas es un éxito democrático. Tanto es así que ojalá hubiese una altísima participación, costó una eternidad poder votar como para regalarles, con la abstención, el poder a quienes no lo merecen. Así, aunque sea en blanco, votemos. Da igual quien sea el destinatario de dicha papeleta, todos y cada uno de nosotros somos libres de votar en conciencia, la nuestra, no la de quienes quieren dirigirnos desde sus púlpitos de cristal. El verdadero compromiso de los partidos debe ser presentarnos un Programa, comprometerse públicamente a cumplirlo y, en caso contrario, dimitir sin dilación. Eso si que sería útil para la Democracia real. Nos bombardearán con la idea del “yo o la nada”, “votadme a mi para frenar al contrario”, “sin mayoría absoluta esto será el caos”. ¡Basta ya! Se creen con el derecho, unos divino, otros torticero, de actuar y decidir por los ciudadanos al completo. Si bastante lamentable es el sistema electoral en vigor, más pobre y patético resulta observar como PP y PSOE se aferran a esa norma que tanta ventaja, y tan jugosos resultados, les da. Quien sabe si las Europeas no sean un buen momento, un punto de inflexión, para cambiar las cosas. Hacerles ver que tan digno es votar a Pacma como al PP, al partido X como al PSOE, a IU como UPD, al partido X, o a cualquiera otro que concurra. Sepan ustedes, ideólogos electorales de PP y PSOE que podemos ser cómodos, pero en nada tontos.