Nuestro cuerpo es nuestro bien más preciado

Al menos el de los hombres. Para las mujeres puede ser diferente si sigue adelante el proyecto de reforma de la Ley del Aborto. Poder tomar sus propias decisiones sobre su cuerpo, su vida y su salud sexual y reproductiva debería ser un derecho humano básico en el que nadie debería interferir. Sin embargo, el proyecto de reforma de la Ley del Aborto presentada por el ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón, viola estos derechos sexuales y reproductivos de la mujer al penalizar de forma subliminal a las mujeres que quieren acceder al aborto. Amnistía Internacional cifra en 47.000 el número de mujeres embarazadas que mueren cada año por complicaciones derivadas de abortos no seguros. Con esta ley se produce un retroceso inadmisible, con ella volvemos a un pasado en el que un buen poder adquisitivo garantizaba un viaje de turismo abortivo a Londres y un bajo poder adquisitivo garantizaba las emociones propias de la bajada a los infiernos de un aborto clandestino e inseguro. Por ello reclamo al gobierno un mayor respeto al derecho de las personas a tomar decisiones sobre su cuerpo y su vida, la derogación de toda ley pe-nal que regule la sexualidad y el fin del control, por parte del Esta-do, del derecho de las mujeres a decidir qué hacer con su cuerpo. Los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos, nos pertenecen a todas las personas, sin que se puedan hacer distinciones por razón de sexo. Los derechos sexuales y reproductivos no son exclusivos de gobiernos.


    28 may 2014 / 22:00 H.