Nuestras raíces
Gerardo Hernández desde Vizcaya. Para poder cambiar antes de nada deberemos conocer nuestras raíces. Esto no requiere recorrer un largo ni complicado camino, sino que precisa aminorar la marcha, aprender a dejar la mente en silencio y poder así escucharnos mejor. Abandonar así el circuito de pensamientos que a menudo nos aturden y recuperar la tranquilidad y el equilibrio.
Esto no se adquiere como pretenden vender algunos a través de complejos métodos, sino viviendo una vida más simplificada, en la que además no nos dejemos llevar por la prisa.
Es un cambio donde lo que se modifica es básicamente nuestra visión de las cosas y en la que parejo a ello nos replanteamos nuestras auténticas necesidades. Desde esa nueva situación y con una nueva perspectiva somos capaces de retomar el contacto con las fuentes de nuestra alegría, que no están en la cabeza como hemos aprendido, sino en las honduras del corazón y en la sabiduría de lo que los místicos llaman el ser, y que compartimos todos.