'No tenía pistola porque al bar fui a beber, no a matar a nadie'

Rafael Abolafia/Jaén
'Nunca he tenido pistola. Esa arma no era mía. Fui al bar a beber, no a matar a nadie'. Así se defendió José R. R., el vecino de La Guardia de 50 años que, presuntamente, disparó seis veces contra un hombre con el que estaba enemistado.

    14 dic 2011 / 09:51 H.

    “No recuerdo el tiroteo. No digo que no lo hiciera yo, solo que no me acuerdo”, agregó. Desde el banquillo, José R. R. trató de justificar lo que ocurrió aquella tarde del 14 de febrero de 2010 en el bar de la estación de servicio de La Guardia. Habló de que la víctima, Lucas C. B., le había causado “mucho daño económico y moral”: “No sabe lo que es estar perseguido, humillado y amenazado por esa persona”, respondió a preguntas de la fiscal Isabel Uceda. El agresor y el agredido estaban enemistados desde años atrás por cuestiones del campo. José R. R. culpaba a Lucas C. B. de cortarle decenas de olivos de su propiedad. No obstante, nunca quedó demostrado quién fue el autor de esos daños. “Sé que fue él”, repitió en varias ocasiones el acusado durante el interrogatorio.
    El presunto autor del tiroteo estaba “harto” y quería vender la finca “para no tener más problemas”. El día de los hechos estuvo de tratos con otro hombre. Las negociaciones continuaron en el bar de la gasolinera, donde tomaron varias cervezas. A las cinco de la tarde, llegó Lucas C. B. “Nada más entrar, me empezó a mirar mal. Me amenazó y cogió un taburete. Ya no recuerdo nada más”, dijo. Cuando la fiscal le preguntó si efectuó los disparos, José R. R. se encogió de hombros: “No lo recuerdo”, se limitó a decir. Y añadió: “Lo que sí sé es que nunca he tenido pistola. Yo fui a tomarme una cerveza, no a matar a nadie. Nunca he pretendido acabar con la vida de nadie. De todas formas, no me siento culpable, porque esa persona me hizo mucho daño”.
    “Mírame si tienes cojones”. El siguiente en declarar fue Lucas C. B. Todavía tiene dos proyectiles incrustados en su cuerpo, de los cinco que recibió aquella tarde. Nada más entrar en la sala de vistas, lanzó una desafiante mirada a José R. R., que estaba sentado en el banquillo: “Mírame si tienes cojones”, le espetó en tono amenazante. Durante el interrogatorio, repitió la frase algunas veces más, pese a las reprimendas del presidente del tribunal, el magistrado, José Cáliz Covaleda.
    Su versión de los hechos fue totalmente distinta. Declaró que no sabía que José R. R. estaba en el bar y que, al entrar, le dijo: “De aquí sales con las patas tiesas”. Después, relató que cogió un taburete para defenderse y que vio cómo el acusado sacaba la pistola: “Me pegó cinco tiros. Los fui contando. Me tiré hacia él, porque era su vida o la mía”, agregó. Hubo un forcejeo entre el procesado y la víctima, que ya estaba herida. “Lo agarré del cuello. Si el Señor me hubiera dado fuerzas lo hubiera estrangulado allí mismo”, explicó Lucas C. G., que se desmayó en esa pelea. Presuntamente, José R. R. le descerrajó un sexto disparo, cuando estaba tendido en el suelo.
    El hombre que estaba interesado en comprar la finca del acusado declaró que fue el presunto autor de los disparos el primero que amenazó: “Le dijo ‘de aquí no sales vivo’, aunque yo me marché de allí y no sé si sacó la pistola”.  Las pruebas de ADN dicen que sí, que disparó y que, además, introdujo el cargador en el arma, lo que desmonta la versión que ofreció José R. R. de que no llevaba encima esa pistola.
    El fiscal pide una condena de once años de prisión por un intento de homicidio, mientras que la víctima reclama trece años de cárcel por asesinato.