"No quiero hacer un churro"
Emilio Martínez Lázaro habla de la segunda parte de Ocho apellidos vascos. No lo definen como éxito, más bien como “fenómeno”. Eso fue Ocho apellidos vascos en la primera mitad de este año en una industria del cine español que no atraviesa grandes momentos precisamente. La película de Emilio Martínez Lázaro, que estuvo ayer en Jaén para presentarla junto con el productor Álvaro Agustín una nueva cita de los Encuentro con el Cine Español de la Diputación, es la más taquillera de las producciones españolas, con más de sesenta millones de recaudación y cerca de diez millones de espectadores. “Ya se ha hablado prácticamente todo de ella”, dijo Martínez Lázaro y reconoció que “no existe una clave” para alcanzar estos niveles de éxito, algo “extraño y muy poco usual”. “Un acierto de pleno” a la hora de hacer cine para el público que es, tal y como remarcó Augustín, el objetivo. “Decimos que es un fenómeno porque un 99% del público ha salido satisfecho de esta película, de todas las edades”, señaló. Y también quiso destacar el efecto del boca a boca que se produce “ en muy pocas ocasiones” para ir más allá que la pura promoción.
Ocho apellidos vascos hunde su raíces en la fórmula de exagerar los estereotipos para que el espectador sea capaz de reírse al reconocerlos en si mismo. Relata la historia de Rafa, andaluz de pura cepa, que nunca ha tenido que salir de su querida Sevilla para conseguir lo que más le importa en la vida: el fino, la gomina y las mujeres. Hasta que un día todo cambia cuando aparece la primera mujer que se resiste a sus encantos: Amaia, una vasca. Rafa, decidido a conquistarla, viaja hasta Euskadi. Allí, para conseguir a Amaia, hará lo que haga falta, hasta hacerse pasar por vasco. Todo con un excelente reparto, encabezado por Dani Rovira, Clara Lago, Carmen Machi y Karra Elejalde.
Y tras este “fenómeno” mucho se habla también de la que será su segunda parte. Sobre su planteamiento y aquello de que las segundas partes nunca fueron buenas también tuvieron la oportunidad de hablar, tanto el director, como el productor. “Lo asumimos con tranquilidad. El público nos lo pide a gritos y hay que responderles”, aseguró Álvaro Augustín, que también firma como productor cintas como Ágora, Lo imposible, Celda 211 y El Niño, ahora en cartelera. “No hay duda de que se va a hacer pero lo que siempre me ha dado miedo y me sigue dando es ir se sobrados y hacer un buen churro”, confesó el director. “Y aunque solo sea para comprobar la mierda que hemos hecho conseguiremos una buena taquilla, pero eso no es lo que yo quiero”, dijo con rotundidad. “Haré una película que yo sepa hacer, que sepa manejarla”, explicó. Así, habrá una nueva entrega en la que hay muchos detalles por concretar, incluso, si, tal y como se especula, se desarrollará en Cataluña: “A mi me apetecía hacer un enfrentamiento entre Zamora y Soria, pero parece que no vende mucho”, bromeó Martínez Lázaro.
Esta primera cita de la temporada de los Encuentros con el Cine Español llevó esta divertida comedia, de nuevo, por un día, a las salas de La Loma, de mano de su director y el productor. Y la próxima ocasión que el público jiennense tendrá de ver una película con su director presente será, tal y como informó la diputada María del Mar Shaw, el próximo 30 de octubre. Será Kamikaze, de Álex Pina.