“No podemos perder con la reforma”

—¿Qué criterios se han elegido para seleccionar los asuntos que se debaten en este segundo curso de Torres?
—De vez en cuando debemos parar y ver lo qué hemos hecho. Es necesario chequear nuestra trayectoria desde el arranque de la autonomía para ver cómo hemos evolucionado y comprobar si los cambios son positivos o negativos. Para hacerlo, chequeamos los cambios sociales, en materia de relaciones labores, electorales, en el mundo agrario, del desarrollo de las corporaciones locales, del sector público andaluz, así como de los derechos fundamentales. Se hará, sobre todo, en la conferencia inaugural, del expresidente Rafael Escuredo, y en la de clausura, que ofreceré yo mismo, en las que se analizan cuál debe ser el papel de Andalucía en la España constitucional ante las reformas que parece que se avecinan.

—¿Cuál debe ser la postura que mantenga Andalucía?
—Tiene que hacer valer los títulos que consiguió aquel 28 de febrero. Debe poner sobre la mesa su importancia demográfica, geográfica, su peso político y poblacional. Tiene que decir que aquí estamos nosotros y que sin nosotros no se puede llevar a cabo reforma constitucional alguna, además de recordar que no estamos dispuestos a perder la situación que se ganó con el referéndum. La situación actual de asimetría entre las regiones no nos puede equilibrar a la baja. Andalucía es de primera división. No es cualquier territorio, tiene un peso específico y debe hacerlo valer.

—Hablar de esa reforma constitucional pasa, inevitablemente, por analizar lo que está ocurriendo ahora en Cataluña.
—Efectivamente y esta misma mañana —por ayer— el expresidente Rafael Escuredo ha hecho referencia. Ha sido una opinión explicada desde la tranquilidad, desde la constitucionalidad, con el respeto a la política frente al desafío secesionista. Ahora mismo, tenemos por delante desde la posibilidad de declarar la suspensión de la autonomía, que sería el límite, hasta dialogar una reforma constitucional, pasando por recolocar ciertas comunidades autónomas. Pero las regiones que ganaron en la calle el nivel máximo de autogobierno no deben perderlo con esta reforma.

—¿Por qué es importante mantener los Cursos Universitarios de Verano Torres?
—Creo que es un oportunidad de hacer debate público sobre asuntos muy importantes. Y de hacerlo en poblaciones y lugares que, por su lejanía de donde está la universidad tiene menos posibilidades de disfrutar de este tipo de experiencias. Yo soy de la opinión de que es importante descentralizar la universidad y estos cursos lo permiten, además de que cuentan el impulso de la personalidad de Baltasar Garzón, que confiere un protagonismo especial a una cita ya consolidada.

—En este curso se debate sobre la transformación andaluza. ¿Qué influencia ha tenido la crisis en este proceso?
—La crisis la hemos padecido todos los países del sur de Europa, pero Andalucía ha aguantado mejor el tirón que otros territorios. Uno de los factores es que el sector industrial con el que cuenta no tiene el mismo potencial que el catalán, por ejemplo, y, por lo tanto, no ha afectado de forma tan incisiva. Ademas, esta crisis ha permitido poner de manifiesto que hay formas de gobernar distintas, unas que apuestan por los recortes económicos y otras, como la andaluza, que intentan mantener el estado de bienestar y los servicios esenciales a costa de otras grandes inversiones. Es una forma de hacer política diferente en la que se ha apostado por la salud, la educación y los servicio sociales básicos.

24 jul 2015 / 08:46 H.