No nos dejemos cegar
Juan Manuel Chica Cruz desde JAÉN. Eso o una cosa parecida debió de decirle Dios a Abraham un suspiro antes de que este fuera a sacrificar a su hijo obedeciendo instrucciones divinas. Afortunadamente, según nos relata el Génesis, el mismo que le dio la orden, para probar su lealtad, fue el que le conminó a desistir, aunque tal vez ese Abraham estuviera más ido que un garbanzal y quizás él mismo fuera el que se impusiera la orden de sacrificar a su hijo y en el último momento, en un destello de cordura, la orden contraria para evitar el filicidio.
Algo parecido a este pasaje bíblico sucedió la semana pasada. Cuando el tercero de a bordo de nuestro Gobierno, instalado casi en el desahucio de la razón y alineado como el protagonista bíblico nos dijo “no os ceguéis” ante el dato de más de seis millones de parados.” Que hay otras cosas”. Que otros indicadores económicos compensan y presagian cosas buenas a pesar de los parados. Que no nos alarmemos. Abraham, ya hemos visto, en el último momento de su locura, le llegó un soplo de razón, pero nosotros atónitos y a un paso del sacrificio y por más que imploremos, no sentimos soplos de cordura y estando casi desahuciados de la esperanza y la razón ¿quién nos salvará?