“¿No es suficiente diez años para que se haga Justicia?”

Ha pasado una década desde que una portería sin anclar acabara con la vida de Cristian, un niño de 8 años que jugaba al fútbol en las pistas de su barrio, La Glorieta. “Hoy sería un hombrecito de 18 años”, se desahoga Lourdes Chica. La madre del pequeño fallecido aún lucha por que se haga Justicia y reclama en los tribunales una indemnización: “Tengo mucho dolor, pero no pararé mientras me duren las fuerzas”, afirma, harta de chocar una y mil veces contra la lentísima maquinaria judicial. Y es que el caso sigue en los tribunales una década después sin que se vislumbre todavía una solución. “Es algo que no entiendo, que no ayuda a mi familia. La herida sigue abierta. ¿No es suficiente con diez años para que se haga Justicia?”, se pregunta esta mujer, que vive en el mismo piso de La Glorieta junto a sus otros dos hijos.

03 nov 2015 / 11:32 H.


Fue el 30 de octubre del año 2005 cuando una ráfaga de viento derribó una portería que no estaba sujeta al suelo en unas pistas deportivas del barrio que estaban recién inauguradas. El travesaño de hierro golpeó en la cabeza al pequeño Cristian que, esa tarde de domingo, jugaba al fútbol con sus amigos. El niño falleció al día siguiente en el hospital.
Durante años, los familiares lucharon en busca de justicia. Primero, en los tribunales; después, contra la burocracia del Ayuntamiento, encargado de hacer frente a las indemnizaciones civiles, pues era el propietario de la zona deportiva. La tenacidad de los padres se vio recompensada en marzo de 2011. Los progenitores alcanzaron un acuerdo extrajudicial con el Consistorio y con su aseguradora, que reconocieron su culpa en lo ocurrido e indemnizaron a los padres (están divorciados) y los hermanos de Cristian con unos 70.000 euros —la cantidad supone el 60% de la compensación total reclamada—. Sin embargo, la madre aún considera que la muerte de su hijo tuvo más responsables: la empresa pública de aparcamientos Epassa (la pista estaba sobre un garaje subterráneo); la constructora de una pista “con deficiencias”; la asociación de vecinos por franquear el paso a la zona “sin estar en condiciones” y las aseguradoras.
Por eso, el pleito sigue abierto en el Juzgado de lo Contencioso número 3 de Jaén. El juicio estaba señalado para junio, pero el magistrado Humberto Herrera lo suspendió y entendió que el caso debía resolverse en el TSJA y por la vía civil. No obstante, el Alto Tribunal le ha devuelto la causa. “Es algo inhumano. Estoy dispuesta a hacer lo que haga falta para que esto termine ya”, dice, enfadada, Lourdes Chica. La mujer está en una situación límite, con problemas de salud, depresiones y frecuentes crisis de ansiedad y sin apenas recursos económicos: “Solo quiero terminar una lucha que no logro entender. No comprendo que me estén haciendo tanto daño”, concluye.