No es posible
No es posible. Producimos un tercio del aceite de oliva mundial, elaboramos cerveza para media Andalucía, galletas en miles de toneladas, Martos fabrica componentes para vehículos de todas las marcas, tenemos más cerezas que nadie en el territorio nacional, los dulces jiennenses, de Alcaudete o Arjona, se exportan a cien países, derivados plásticos en Martos y Alcalá que surten fábricas de todo el Planeta.
Somos el segundo territorio del mundo en número de castillos y fortalezas, contamos con ciudades Patrimonio de la Humanidad, nuestra geografía arraiga el mayor patrimonio Ibero de la Península, el Museo Zabaleta, ya también Miguel Hernández, es referencia mundial en la obra de ambos. Repito, no es posible. Contamos con las mayores reservas de agua de toda la cuenca del Guadalquivir, hay multitud de vergeles en las riberas de nuestros cauces fluviales, tapizados de huertas y un demostrado valor etnográfico; contamos con el mayor Parque Natural del Estado. Tenemos Universidad, editoriales de calidad, periódico provincial; tenemos entidad financiera propia, la Caja Rural, ejemplo de saneamiento en el panorama bancario. Somos paso obligado del centro al sur.
¿Alguien sabría explicar como teniendo tanto, estamos donde estamos? Ya no se trata tanto de sacar pecho y decir lo que hay; se trata de poner en valor nuestro territorio. Algo estamos haciendo francamente mal. Jaén lo tiene todo como para ser un territorio de casi pleno empleo, una renta digna y grandes expectativas. Y sin embargo Jaén está en el furgón de cola de toda la UE.
Si pudiéramos hacer la prueba de retener el beneficio que Jaén genera durante un año en los límites provinciales, la sorpresa sería mayúscula.
Y ese, además de otros menores, es el gran problema, lo que Jaén genera, que son miles de millones de euros, transita fuera de nuestras fronteras dejando aquí simplemente el sudor y esfuerzo del trabajo eventual y mal pagado, y la miseria del desempleo estacional y la pobreza implícita que conlleva. Es hora de hacerlo posible. ¿Quién? Nosotros, los jiennenses, del primero al último.
Somos el segundo territorio del mundo en número de castillos y fortalezas, contamos con ciudades Patrimonio de la Humanidad, nuestra geografía arraiga el mayor patrimonio Ibero de la Península, el Museo Zabaleta, ya también Miguel Hernández, es referencia mundial en la obra de ambos. Repito, no es posible. Contamos con las mayores reservas de agua de toda la cuenca del Guadalquivir, hay multitud de vergeles en las riberas de nuestros cauces fluviales, tapizados de huertas y un demostrado valor etnográfico; contamos con el mayor Parque Natural del Estado. Tenemos Universidad, editoriales de calidad, periódico provincial; tenemos entidad financiera propia, la Caja Rural, ejemplo de saneamiento en el panorama bancario. Somos paso obligado del centro al sur.
¿Alguien sabría explicar como teniendo tanto, estamos donde estamos? Ya no se trata tanto de sacar pecho y decir lo que hay; se trata de poner en valor nuestro territorio. Algo estamos haciendo francamente mal. Jaén lo tiene todo como para ser un territorio de casi pleno empleo, una renta digna y grandes expectativas. Y sin embargo Jaén está en el furgón de cola de toda la UE.
Si pudiéramos hacer la prueba de retener el beneficio que Jaén genera durante un año en los límites provinciales, la sorpresa sería mayúscula.
Y ese, además de otros menores, es el gran problema, lo que Jaén genera, que son miles de millones de euros, transita fuera de nuestras fronteras dejando aquí simplemente el sudor y esfuerzo del trabajo eventual y mal pagado, y la miseria del desempleo estacional y la pobreza implícita que conlleva. Es hora de hacerlo posible. ¿Quién? Nosotros, los jiennenses, del primero al último.