Nietos de dos represaliados en Valdenoceda se hacen el test de ADN

Nuria López Priego/Jaén
Crecieron en la ignorancia. De repente, un día, sus abuelos desaparecieron. Los montaron en esos camiones de los que 'no se regresaba con vida' y no los volvieron a ver. Juana Gutiérrez y Francisco Medina no supieron que murieron en el penal de Valdenoceda, en 1941, hasta ahora,

    12 may 2011 / 10:51 H.

    y los dos se realizarán el test de ADN para reclamar sus restos.   
    “Vinieron un día y se lo llevaron sin hacerle preguntas ni nada”, cuenta Juana Gutiérrez. Para arrestar al villanovero Pedro Blanco bastó la filiación. Su yerno, Lorenzo Gutiérrez, era manifiestamente “de izquierdas y había sido sargento de Caballería” en el ejército del Frente Popular. Y, con estas evidencias de presunta culpabilidad, “vinieron un día, se lo llevaron” y, como al marmolejeño Pedro Medina —este sí “socialista”—, lo montaron en un camión y nadie supo jamás de ellos ni los volvieron a ver con vida. Los dos la perdieron, en el año 1941, entre las rejas de uno de los penales más cruentos de la posguerra española, la prisión burgalesa de Valdenoceda.
    “Mi padre —confesó Francisco Medina (51 años) desde el municipio cordobés de Montoro— murió sin saber qué había ocurrido con su padre, si había muerto o no. Pero la familia se lo calculaba porque a los que montaban en los camiones, no volvían. Los mataban”. Y así ocurrió sin necesidad de fusiles ni tiros de gracia. Según su acta de defunción, el marmolejeño Pedro Medina falleció, en Valdenoceda, el 23 de noviembre de 1941, como consecuencia de un “edema carencial y una colitis epidémica”. Solo llevaba en su prisión diez meses. Tenía 53 años. Pero no fue el único represaliado de la familia. “A un tío de mi padre, que fue maquis, también lo mataron tres o cuatro años después de la guerra”, apuntó Francisco Medina, que, cuando recibió la llamada de Diario JAEN, desconocía absolutamente que su abuelo había muerto en Valdenoceda y, mucho menos, la noticia de que, en 2007, la Agrupación de Familiares de los Presos Represaliados exhumó los restos de 114 y que los de su abuelo podrían ser algunos de los que, desde entonces, aguardan en un laboratorio de la Universidad Autónoma de Madrid a que algún familiar se haga la prueba de ADN y los reclame.
    La misma “sorpresa” manifestó la octogenaria Dolores Gutiérrez cuando, recién llegada desde Figueres (Girona) a Villanueva de la Reina para pasar la Semana Santa y las fiestas locales, le dijeron que su abuelo podía ser uno de los represaliados de Valdenoceda. “He reído y he llorado. Quería mucho a este abuelo, porque todos vivíamos en la misma casa y vivíamos a su amparo. Por los datos, parece que es él, pero, ahora, hay que hacerse las pruebas”, señaló a Diario JAEN notablemente emocionada. Reiteró que su abuelo “no era de izquierdas, ni de nada”. “Trabajaba en el campo y en la casa, pero mi padre, que era sargento de Caballería, lo puso a repartir suministros —alimentos— y lo cogieron”. Se lo llevaron preso, como a su padre, al que fusilaron en mayo de 1942. Tampoco corrió mejor suerte un hermano de este. “Lo llevaron a un campo de concentración”, contó la villanovera. Estuvo “siete años” y, cuando salió, “ya no era hombre para nada”. “Por su mal genio, los que volvieron no podían estar con nadie”, se apenó Juana, que ya ha recibido el kit para realizarse la prueba de ADN que identificará los restos de su abuelo. Quien sí se la ha hecho ya es Francisco Medina, que ayer envió el test a Madrid, con el deseo de poder trasladar los restos de su abuelo a Montoro y enterrarlos con los de su padre. En este sentido, el alcalde de Marmolejo, Cristóbal Relaño, ha brindado el apoyo económico del Ayuntamiento para correr con los gastos.