Niega sexo con una niña a la que envió mensajes eróticos

"No puedo explicar esos mensajes. No sé el motivo por el que los envié. No eran en plan de nada, solo de amistad y de confianza”.

08 may 2015 / 10:18 H.

A duras penas, Carlos Daniel R. C. trató de justificarse ante el tribunal por haber mantenido, a través del “Tuenti”, numerosas conversaciones de altísimo contenido sexual con una niña de 11 años, que era su vecina. Eso sí, este vecino de La Carolina, de 48 años, negó haber mantenido relaciones sexuales con la menor, tal y como mantiene la Fiscalía: “Jamás estuve con ella a solas. Lo que hacía en el ordenador era una cosa, por la que pido perdón, pero que sería incapaz de hacerlo en persona”, respondió el acusado.

Sin embargo, el Ministerio Público estima que los mensajes que le envió Carlos Daniel a la niña a través de la red social sí que dan a entender que llegó a mantener contactos sexuales.  Así, en una ocasión, y tras concertar una cita, le sugiere que “se lave bien el chochete”. En otra de las conversaciones recogidas por la Fiscalía, le dice que “toca probar cosas nuevas como meter”. Otro día, llega a pedirle que acuda a una cita “sin bragas ni sostén, para irse en el coche y así es más fácil”. Y, en otra de las charlas, le pregunta directamente que si le había gustado. “No puedo explicar eso”, se excusó el acusado, cada vez más incómodo en el banquillo. “Juro que no hemos quedado”, insistió para volver a negar los encuentros sexuales con la menor.

Sin embargo, la niña, que hoy tiene 14 años y que declaró por videoconferencia, fue muy contundente. La adolescente relató que se vio dos veces con el acusado en el polígono de La Aquisgrana. “Me recogía lejos de mi casa, para que no me viera su mujer. La primera vez me tocó mis partes. Otro día, me enseñó el pito y me pidió que le besara. Yo no quise”, contó la niña a los magistrados de la Sección Segunda.

La psicóloga que trató a la adolescente tras estos hechos, que se remontan a octubre de 2012, calificó su testimonio como “creíble”. Añadió que fue la “inmadurez” que presentaba en aquel momento lo que impidió que diera la voz de alarma sobre lo que estaba ocurriendo. Y es que fue la hermana mayor de la niña la que se dio cuenta de lo ocurrido al revisar el “Tuenti” de su hermana. “Vi que nuestro vecino, al que queríamos como si fuera de la familia, la había engatusado”, matizó. “A mi hija me la han destrozado”, añadió la madre.

La Fiscalía mantuvo su petición de seis años y medio de cárcel para Carlos Daniel R. C. por delitos contra la libertad sexual y abusos sexuales. Además, reclamó una  indemnización de 5.000 euros. El procesado, por su parte, está dispuesto a asumir el primero de los delitos. Es decir, el que hace referencia a los mensajes eróticos, y asumir, por ello, una condena de un año de cárcel. El juicio quedó visto para sentencia.